En Transilvania, Rumanía, se encuentra uno de los lugares más legendarios de la historia, El Castillo de Bran, mejor conocido como el «Castillo de Drácula».
Su aspecto terrorífico y opaco lo ha convertido en uno de los sitios más famosos del mundo y también de los más conservados. Fue construido en el siglo XIV por los caballeros teutónicos. Desde el patio central del castillo se puede acceder a lugares como la Sala de la Cancillería y la Sala de Música.
Los turistas se acercan al lugar guiados por el misterio de conocer el lugar que habitaba al Conde de Drácula.
El personaje de «Drácula» surge de la novela que lleva el mismo nombre, escrita por Sam Stocker. Su historia está inspirada en la vida de Vlad Tepes o Vlad el Empalador, quien utilizaba el método del empalamiento en 1459, que con el tiempo pasó a ser su herramienta de ejecución preferida.
Desde La Plaza/ Dailymail/ KH