Once fueguinos fueron exhibidos en el Jardín de Aclimatación de París en 1881. Habían sido raptados en las costas del estrecho de Magallanes.
En los primeros días, la hija menor de uno de ellos murió. Luego de París fueron exhibidos durante tres semanas en Berlín, donde los alojaron en el recinto de las avestruces. Para entonces ya se encontraban bastante enfermos y camino a Zúrich murió una mujer, la salud del resto del grupo estaba tan frágil que debieron cancelarse todas las presentaciones en Suiza. Fue en este momento cuando fueron enviados Punta Arenas a los cinco sobrevivientes de la gira.
En junio de 1883, dos familias de Mapuche fueron exhibidas en el Jardín de Aclimatación: un grupo de seis hombres, cuatro mujeres y cuatro niños. Fueron llevados hasta el lugar por el alemán Richard Fritz. Después de París, la gira continuo rumbo al zoológico de Berlín y a una feria navideña en Hamburgo.
Desde el 6 de mayo hasta el 31 de octubre de 1889 se celebró en París el centenario de la revolución en una Exposición Universal. En el marco de la celebración de igualdad, fraternidad y libertad, se exhibieron once indígenas selknam. Maurice Maître raptó en la bahía San Felipe a toda una familia, a quienes llevó atados con cadenas. De los once, dos murieron en el viaje.
Fueron presentados tras rejas como caníbales, todas las tardes les arrojaban carne cruda de caballo y los mantuvieron sucios y sin posibilidades de higiene, para que tuvieran la apariencia de salvajes, todo para obtener beneficios comerciales. Ante las inhumanas condiciones de la exposición se empezó a exigir la liberación y el retorno de esta familia a Tierra del Fuego, pero no fue así, los trasladaron a Bruselas y fueron exhibidos en el Musée du Nord. Fue en este contexto que el grupo de siete selknam fueron encarcelados por la policía belga en la sección de extranjeros. Volvieron a Inglaterra desde donde se embarcaron de regreso a Tierra del Fuego.
Cuando conocí estas historias me llené de indignación y por más que buscaba respuestas no las encontré. Entendí que son una expresión de la crueldad de quienes se sienten superiores y por ende dueños del planeta .
Hace unos días fui al Parque Leofling de Puerto Ordaz, estado Bolívar, y vi a los animales en cautiverio, expuestos en condiciones deplorables; una realidad que se repite en la mayoría de los zoológicos de nuestro país. Ésta situación me hizo cuestionarme sobre las tareas pendientes de la Revolución, y las cosas que deben ser cambiadas en nuestra sociedad. Todos los animales que hoy están en cautiverio, deben ser liberados en sus hábitats naturales de inmediato. Debemos repensar los zoológicos como espacios para el estudio y la reproducción de especies. La Venezuela Ecosocialista debe repensar la relación de los hombres y las mujeres y con la naturaleza.
DesdeLaPlaza.com / Heryck Rangel