Una mujer de 92 años ha «vuelto a la vida» en la localidad alemana de Gelsenkirchen. El pasado lunes, un enfermero llamó al médico de la residencia de ancianos en la que vivía porque la mujer no mostraba signos vitales. El médico la examinó y certificó su fallecimiento a las 16.00 horas.
El cuerpo sin vida de la mujer fue trasladado a la funeraria Munstermann. Cuando el director de la compañía, pasó frente al féretro vio que la mujer tenía los ojos abiertos. En ese momento, se levantó y le preguntó «¿dónde estoy?». La escena fue tan impactante que el responsable de la funeraria se desmayó. Cuando despertó, comprobó que tenía pulso.
Llamó a una ambulancia para que atendiera a la mujer, que fue trasladada al hospital, y avisó a la familia para comunicarles que la nonagenaria seguía viva.
El director de la residencia de ancianos, Lother Burger, también quedó consternado por la noticia: «Es terrible e inexplicable». La Policía ha abierto una investigación para saber si se había cometido algún error durante el proceso de certificación de la muerte.
El Patronato de la Fundación Alemana para la protección del paciente, Eugen Brysch, criticó duramente al médico que certificó la muerte: «Es evidente que el médico no hizo una investigación adecuada.» La idea de ser enterrado vivo es revolver los miedos primarios de las personas».
DesdeLaPlaza.com/La Razón/AMH