Una mujer estadounidense, madre de dos hijos hizo que su familia no consumiera azúcar durante un año y compartió la experiencia y los asombrosos resultados de este experimento en su libro Year of no sugar (El año sin azúcar).
Un día, Eve O. Schaub vio un video sobre los nocivos efectos que tiene el azúcar sobre el organismo humano, consecuencias como el aumento de peso y numerosas enfermedades, lo que incitó a esta madre a intentar introducir cambios en su dieta y en la de su familia excluyendo completamente el consumo de sacarosa.
Según confiesa Schaub, al principio la decisión fue un verdadero desafío para su marido y especialmente para sus dos hijas, de 9 y 13 años de edad, que como la gran mayoría de los niños, eran amantes de las golosinas.
La lista de alimentos que tuvieron que dejar de comer fue sin duda impresionante, ya que al empezar a leer las etiquetas de los productos la mujer se dio cuenta de que el azúcar se escondía en los lugares más inesperados, como en el pan, la salsa de tomate, caldos de pollo, condimentos, tocino y mayonesa, entre otros. Schaub eliminó de su cocina todos los alimentos que contenían azúcar refinado, edulcorantes añadidos, azúcar de mesa, miel, caramelo o jugo de frutas, azúcar falso o alcoholes de azúcar.
Resultados
Los resultados de estos radicales cambios en la vida de la familia, por su parte, no se hicieron esperar. Al poco tiempo de haber dejado de consumir azúcar, Schaub, su marido y sus hijas notaron considerables mejoras en el nivel de energía, salud, digestión, patrones de sueño y humor. «Nos sentíamos más saludables, parecía que enfermábamos menos, que nos recuperábamos más rápido o que los resfriados eran más leves», asegura la autora, que también señala que ha experimentado cambios positivos en cuanto al deseo sexual.
La madre asegura que con el tiempo hasta su sentido del gusto empezó a cambiar. Alimentos que antes le parecían apetitosos pronto empezaron a tener un sabor desagradable y a causar diferentes tipos de molestias.
Schaub explica que el objetivo de su libro es hacer que las personas presten más atención a los productos que contienen azúcar y tomen sus propias decisiones. «Los fabricantes lo utilizan porque mejora el sabor de los alimentos, es un eficaz conservante y es barato, pero tenemos el derecho de saber si nos estamos envenenando a nosotros mismos», declara la mujer.
Desde La Plaza /RT /ABD