Este pensador húngaro residenciado desde hace décadas en Inglaterra, es discípulo del gran teórico marxista Georg Lukács, y fue compañero de estudio de Ágnes Heller y György Márkus, intelectuales de gran renombre en la segunda mitad del siglo XX. Mészáros es hoy una de las figuras más influyentes en el debate sobre la crisis estructural del capital y la construcción de una sociedad alternativa post-capitalista.
Para este pensador crítico, producto del desarrollo de la lucha de clases a lo largo del siglo XX y al desarrollo da las fuerzas productivas por medio de la Revolución Científico-Tecnológica (también llamada Tercera Revolución Industrial), actualmente vivimos en medio de la Crisis Estructural del Capital.
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Mészáros advierte que esta crisis se inicia a comienzos de los 70 del siglo pasado, momento en el cual se activan los límites absolutos del capital:
a) se agudizan las contradicciones entre el desarrollo del capital transnacional y la prevalencia de los Estados nacionales (no existe una estructura política global monolítica que ordene las relaciones capitalista a escala planetaria);
b) se agrava la destrucción de las condiciones de la reproducción metabólica social, es decir, la lógica del capital es absolutamente antagónica con el mantenimiento sostenible de los recursos naturales (bióticos y abióticos);
c) la incorporación plena de la mujer en igualdad de condiciones con el hombre encuentra límites insuperables en el marco de las relaciones sociales de producción inherentes al capital; d) el capital no puede incorporar a toda la humanidad a la actividad productiva, por lo tanto, el desempleo crónico reproduce una masa de desocupados (miseria) que cada vez más amenazan la estabilidad sistémica.
«… la fase progresista de la ascensión histórica del capital llega a su conclusión precisamente porque el sistema del capital global en si alcanza los límites absolutos más allá de los cuales la ley del valor ya no puede ser alojada dentro de sus confines estructurales«.
István Mészáros señala que en las últimas décadas para postergar el impacto de la crisis estructural del capital, se han ensayado un conjunto de medidas remediales signadas por la agenda contrarrevolucionaria neoliberal, un intento desesperado para ganar más tiempo, pero que a su vez profundiza la entropía (el desorden sistémico) del capital.
De igual forma llama la atención que las dos experiencias más importantes de aplicación de sistemas estatales de control y regulación del capital, como lo fueron el keynesianismo y la experiencia soviética fracasaron en el siglo XX, demostrando que el metabolismo del capital es incontrolable, por lo cual, para superar las crisis del capital debe construirse una alternativa radical al sistema imperante, es decir, el capital debe ser superado por un nuevo metabolismo social. Por lo tanto el programa socialdemócrata reformista y el socialismo tal como lo conocimos antes de la implosión de la URSS, no son viables de forma sostenible para construir una sociedad más allá del capital.
Uno de los aportes más significativos dados por Mészáros al debate, es la distinción que hace entre el capital y el capitalismo. El capital es un metabolismo social donde impera una división social jerárquica del trabajo, donde el fetichismo mercantil domina y se enseñorea de la actividad productiva, por tanto el capital precede históricamente al capitalismo, sin embargo, es con el capitalismo donde adquiere su máximo nivel de expansión y desarrollo.
Esta distinción conceptual permite a Mészáros explicar que las distintas experiencias socialistas del siglo XX, en realidad fueron experimentos sociales post-capitalistas, que no pudieron ir más allá del metabolismo social del capital, es decir, siguió primando una economía mercantil, y la división jerárquica del trabajo no fue trastocada totalmente, creándose mecanismos burocráticos de extracción de plusvalía, lo cual implica que no se superó la explotación, aun cuando fueron sociedades más equitativas que las sociedades capitalistas.
Estas son algunas de las razones por las cuales el Comandante Chávez recomendó la lectura de las obras de este autor, libros como Más allá del Capital, El desafío y la carga del tiempo histórico: El Socialismo del siglo XXI (disponible en digital), y la Crisis Estructural del Capital (disponible en digital), nos permiten contar con unas herramientas teóricas y conceptuales imprescindibles para entender los dramas del mundo contemporáneo, dramas que sólo serán superados si la humanidad decide construir un modelo alternativo, el socialismo.
DesdeLaPlaza.com / Luis R Delgado J / @LuisRDelgadoJ