¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir: «yo no soy bueno para las matemáticas«? Probablemente, tú mismo lo has dicho.
Las actitudes negativas hacia las matemáticas son comunes y los expertos advierten que son más perjudiciales de lo que pensamos.
Cuando un padre le dice a su hijo: «nunca me fue bien en matemáticas«, puede estar contribuyendo a que él sienta lo mismo. Comentarios casuales como ese tienden a normalizar posiciones adversas frente a esta ciencia.
Pero mientras que la habilidad numérica precisa de habilidades como sumar y multiplicar, las matemáticas no son solo eso, son acerca de la resolución de problemas.
Si llegaste a tiempo al trabajo hoy, si les trajiste café a tus colegas o si estás decidiendo qué comprar de almuerzo, todo eso requiere de pensamiento lateral… en otras palabras, matemáticas.
Aunque tengan mala fama, las usamos todo el tiempo y con un poco de esfuerzo todos podemos mejorar nuestra capacidad.
¿Hay un gen de las matemáticas?
En 2011, un estudio hecho por la Universidad John Hopkins, Illinois, Estados Unidos, encontró que a los niños que tenían un sentido numérico altamente desarrollado -la habilidad de estimar números– también les iba bien en las pruebas de matemáticas. Los investigadores indicaron que eso significaba que la capacidad de manejar números podía ser innata.
¿Será que aquí está el secreto de la genialidad de Einstein?
Cuando Albert Einstein murió en 1955, sacaron su cerebro y lo preservaron para futuros estudios científicos. ¿Era su cerebro la razón de su genialidad?
Durante los años siguientes varios científicos lo estudiaron y, aunque sus resultados a veces han sido controvertidos, muchos aseguran que «el cerebro de Einstein era diferente a los demás».
Un estudio reciente hecho por científicos de la Universidad del Estado de Florida encontró que Einstein tenía una «corteza prefrontal extraordinaria», que pudo haber contribuido a que tuviera tales capacidades.
DesdeLaPlaza.com/SINC/AMH