DE LECTURAS Y PLACERES

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La intimidad de abrir un libro y abrirse con él no tiene, en lo absoluto, sesgos de mundanidad. Es un placer profundo, emotivo e irremediable. Un buscarse a sí mismo sin tener la brújula en la mano, sin tener un rumbo cierto y ¿qué importa saber adónde vamos a llegar?

En estos tiempos de revoltillos cronológicos y luchas históricas, de economías sacudidas e interrogantes acanaladas, un libro abierto se convierte, sin mayor remedio, en un oasis. Nos salva de las guerritas deshumanizadas. Nos recuerda que nunca debemos perder la esperanza.

La palabra contiene todos los poderes en ella y el libro, fiel depositario, le rinde culto y la protege. Se convierte en el soldado más leal de los hechos vividos y en el único garante de la narración de nuestro paso por el mundo.

Me apasiona, como se darán cuenta, el libro como objeto y sujeto. No lo veo como un puñado de papel agarrando polvo en una esquina. Y creo con firmeza que ante la amenaza de una cultura cada día más alienante y ferozmente banal, tengo el deber de defenderlo a toda costa.

Por eso estas líneas. De ahora en adelante me encontrarán los domingos en estos lares virtuales, hablándoles de libros. No esperen de mí mayor cosa que semillas y caminos recién abiertos por las lecturas que me privilegian, cuando un libro me encuentra y se va conmigo a casa.

Hasta entonces, en otro domingo, me aprovecho de uno de los poetas más leídos y venerados de nuestra América Latina: Mario Benedetti. Tomé su poemario Canciones del más acá, lo abrí al azar y me recibió con un pequeño canto a la esperanza titulado Vas a parir felicidad. Originalmente fue publicado en su poemario Preguntas al azar, en 1986. Hoy, veintiocho años después, supe de inmediato que este es el mensaje que necesitamos en este instante, en este lugar donde nos encontramos. Se los dejo, pues, mientras los días transcurren hasta nuestro próximo tropiezo.

 

Vas a parir felicidad

yo te lo anuncio tierra virgen

tras resecarte dividida

y no hallar nada que te alivie

como un abono inesperado

absorberás la sangre humilde

 

vas a parir felicidad

en un futuro que no existe

vas a parir felicidad

mientras en huertos imposibles

la limpia baba de dios padre

cae como diluvio triste

 

vas a parir felicidad

yo te lo anuncio tierra virgen

después de hundirte surco a surco

y como vieja tumba abrirte

después de alzarte como un hongo

y deslumbrarnos como un cíclope

 

vas a parir felicidad

y no habrá almas disponibles

vas a parir felicidad

como una bendición horrible

y nadie habrá de recogerla

en un futuro que no existe.

 

Gipsy Gastello

Escritora y periodista de la Universidad Católica Andrés Bello

@GipsyGastello

ggastello@gmail.com

www.literatureleando.blogspot.com