Estudios aseguran que el vino tinto ofrece múltiples beneficios para la salud. Es un aliado contra la grasa, combate las bacterias bucales, reduce el riesgo de cáncer, es bueno para el corazón y al degustar un par de copas de vino se liberan endorfinas, por lo que es considerado como un complemento placentero.
Ya sea por su delicioso sabor, o por los efectos desinhibidores que provoca, el vino rara vez falta en las reuniones familiares, por lo que es común escuchar al anfitrión decir que “la primera copa es sobre la comida, la segunda es sobre el amor y la tercera es sobre la confusión”. Precisamente, eso fue lo que quiso reflejar el fotógrafo brasileño Marcos Alberti en su proyecto “3 copas después” (“3 taças depois” ).
Según explica Alberti en su página web, las instantáneas fueron tomadas por fases. La primera al llegar a su estudio con el fin de capturar la fatiga y el estrés después de una jornada de trabajo, y las restantes se dieron en un ambiente más relajado al final de cada copa de vino.
En tan solo 4 imágenes nos muestra cómo varía la expresión de una persona dependiendo del número de copas de vino que ingiere. Algunos se muestran avergonzados, risueños, desinhibidos, con nuevos peinados y menos piezas de ropa, mientras que otros parecen no verse muy afectados.
Y tu, ¿cómo te ves después de unas copas de vino?
DesdeLaPlaza.com/La Voz del Muro/COM