El uso del gas inodoro, usualmente administrado en el consultorio de los dentistas, comienza a ser contemplado por cada vez más especialistas debido a los efectos a corto plazo registrados, además de la flexibilidad en su administración y el abaratamiento de costes.
Actualmente está disponible en 19 hospitales y 14 centros médicos en Estados Unidos, el cuerpo de la madre elimina el gas en segundos al inhalar el aire de la habitación, en comparación con los efectos a largo plazo de la anestesia epidural, dijo Loral Patchen, del Hospital George Washington en el Distrito de Columbia.
Asimismo, la directora de la sección de parteras en Washington cree que este analgésico comienza a ganar seguidoras porque relaja a la madre y la tranquiliza, además de mantenerla alerta y consciente de todo lo que pasa a su alrededor.
«Para las mujeres que deciden parir de manera natural ésta es una opción contemplada por la flexibilidad que conlleva», apuntó Patchen, porque «puede ser administrada por la propia madre en caso de que la requiera y los efectos de alivio del dolor son inmediatos».
Además, apuntó la partera, el gas es un analgésico que puede ser administrado de manera complementaria a los otros métodos de anestesia al alcance de las madres.
Las complicaciones durante el trabajo de parto causadas por la anestesia son «considerables»: causan un 5 % de muertes entre las madres; sin embargo, también «se pueden prevenir fácilmente», según cifras de la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés).
Igualmente, la ACOG previene que el gas nitroso al ser inhalado atraviesa la placenta, y su administración debe efectuarse con las debidas precauciones y en bajas concentraciones para no dañar al bebé con el síndrome de depresión neonatal.
Desde la Plaza/ANT3/AMH