«¡Vengan rápido! ¡Estoy tomando las estrellas!», están fueron las palabras del inventor del champagne, el monje benedictino Dom Perignon, hace 322 años. Y es que tal día como hoy, se cumple un «añito» más de la creación de esta famosa bebida. Así que alcen sus copas y… ¡Salud!.
Véase también: Una empresa china fabrica el paraguas más grande del mundo
A los 19 años, Dom Perignon entró a la orden benedictina en la Abadía de Hautvillers, cerca del pueblo de Epernay, dentro de Champagne, Francia. Allí ejerció labores como maestro de bodega, por lo que era responsable de supervisar la extensa producción, el el el añejamiento y el depósito de vino de la abadía.
Al monje se le encargó deshacerse de las burbujas del vino espumante de la abadía, un problema usual que enfrentaban los productores de vino de esa época a causa de la refermentación. Pero la falla de Perignon se convertiría en el brindis de las celebraciones en esta amplia tela histórica, tras probar su «vino» estropeado, el 4 de agosto de 1963.
Perignon es un ejemplo de que en ocasiones los pequeños errores también pueden ser los grandes artífices del éxito. Ahora, ¡brindemos por eso!.
DesdeLaPlaza.com/ruizhealytimes/KC