Una niña tailandesa de 2 años desarrolló una rara forma de cáncer cerebral poco después de su segundo cumpleaños, se convirtió a comienzos de este año, en la persona más joven en ser sometida a congelación criogénica, preservando su cerebro momentos después de su muerte con la esperanza de que algún día pueda ser traída de vuelta a la vida.
El periodista de la BBC, Jonathan Head, visitó a su familia cerca de la capital tailandesa, Bangkok, para conocer el por qué sus padres tomaron esa decisión de congelar a la pequeña Matheryin, o ‘Einz’, como su familia solía llamarla. La niña murió el 8 de enero de 2015, justo antes de cumplir tres años.
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Sus padres, ambos ingenieros médicos, ya habían tomado la determinación de dar a Einz otra oportunidad de vivir. Sin embargo, afirma el profesional de la medicina que fue difícil para el resto de la familia aceptar la idea, pero cuando se deterioró la salud de Einz, cambiaron de opinión.
«El primer día que se enfermó Einz, me surgió rápidamente esta idea de que debíamos hacer algo científico para ella, todo lo que fuera humanamente posible en ese momento», «Sentí un verdadero conflicto en mi corazón con esta idea, pero también necesitaba llevarla a cabo. Así que le expliqué la idea a mi familia». comentó su padre, Sahatorn al periodista de la cadena de comunicación.
De acuerdo a la versión del médico, la idea era preservar a la infante con una tecnología conocida como criónica o criopreservación el cual consiste en que su cerebro, se coloca en un estado de congelamiento profundo en el momento de la muerte y se mantiene de esa forma hasta que, en algún punto en el futuro, cuando ocurran avances extraordinarios en tecnología médica se pueda revivirla, y crear un nuevo cuerpo para ella, aseguró Sahatorn a la prensa.
El procedimiento se basa en retirar los fluidos corporales reemplazándolos con una forma de anticongelante que permite una congelación profunda en el cuerpo sin provocar daños de gran escala en el tejido extraer el cerebro que está mantenido a una temperatura de -196ºC. La empresa encargada del servicio es Alcor, una organización sin ánimo de lucro localizada en Arizona, (Estados Unidos) que es la principal proveedora de lo que llama «servicios de extensión de vida».
«Hay científicos que están 100% seguros de que esto ocurrirá un día, pero no sabemos cuándo», manifiesta el hombre. «En el pasado hubiéramos pensado que tomaría unos 400 o 500 años, pero justo ahora podemos imaginar que esto será posible en sólo 30 años». Para los padres de la pequeñita, sostuvieron a BBC que la tecnología, jugó un papel central desde el comienzo de su vida y puede ayudar a restaurarla.
DesdeLaPlaza.com/BBC/NR