Uno de los efectos que ha generado la sequía, es la disminución del nivel de los embalses, lo que ha llevado a tomar medidas preventivas en el suministro de agua. Quienes militamos en la causa ecosocialista nos hemos planteado el reto de crear una nueva cultura del agua en nuestra sociedad.
En primer término, definimos el «Ciclo Social del Agua» como base teórica, que busca redimensionar la significación del vital líquido en el contexto de la crisis ambiental.
Asimismo, hemos propuesto que en la construcción de nuevos urbanismos se incluya la captación y aprovechamiento de las aguas grises, o aguas jabonosas.
Simultáneamente, hay que garantizar el tratamiento de las aguas servidas -por cada bolívar que se invierte en agua potable, hay que invertir otro para el tratamiento- Es inadmisible que en la mayoría de nuestras ciudades las cloacas sean descargadas en los cuerpos de agua; debemos establecer jardines de fitodepuración de aguas servidas.
Otra acción clave, es la captación y aprovechamiento del agua de lluvia. Si bien estamos atravesando un periodo de intensa sequía, debemos generar condiciones para el aprovechamiento máximo del agua de las próximas temporadas de lluvia.
Otro aspecto a valorar es que las campañas de ahorro de agua no pueden ser espasmódicas, ni solo mediáticas, deben ser un conjunto de acciones orientadas a sumar conciencia desde la corresponsabilidad. En tal sentido, es fundamental establecer una Política Nacional del Agua, que garantice la satisfacción de las necesidades presentes, sin poner en riesgo la disponibilidad y calidad para el futuro.
Nuestra sociedad requiere una nueva cultura del agua, que replantee los patrones de consumo del vital líquido, debemos emprender las acciones necesarias en esa dirección, no podemos postergarlo más.
DesdeLaPlaza.com / Heryck Rangel