Antonio Arráiz: Vanguardia Literaria de Venezuela

El 27 de marzo de 1903, nació en el estado Lara, Antonio Arráiz, un escritor como pocos: alegre, pulcro y sobresaliente, parte de lo que se conoció como la “vanguardia literaria de Venezuela”.

Hoy en día, quizás pocas personas sepan quien fue Arráiz, pero seguramente, la gran mayoría de los venezolanos nos divertimos en algún momento leyendo alguno de sus cuentos. Es que Antonio, ese ilustre venezolano, escritor reconocido en todo el mundo, es el padre de nada más y nada menos que de Tío Tigre y Tío Conejo.

Arráiz realizó sus estudios primarios en Barquisimeto y los culminó en el Colegio Católico Alemán en Caracas, donde también terminó sus estudios de secundaria y universitarios.

En 1919 viajó a Estados Unidos, donde estudió y escribió para algunas revistas y periódicos. Allá duró poco tiempo, ya que la patria lo llamaba. Nunca calló su oposición a la dictadura de Juan Vicente Gómez, y participó en el asalto al Cuartel San Carlos, lo que le costó además de torturas, siete años de cárcel en La Rotunda. Recluido, escribió el cuento Los lunares de la Virreina, obra que lo hizo ganador del primer premio de un certamen internacional organizado por el Diario La Prensa, de Buenos Aires, Argentina. En ese país hermano Antonio consiguió solidaridad. Un grupo de intelectuales argentinos, solidarios con la causa antigomecista, reunió fondos en 1932 para editar su segundo poemario, Parsimonia.

Entre su obra destacan Puros hombres, de 1938, y Todos iban desorientados (1951). En ambas novelas, es evidente la carga que las experiencias políticas vividas por su autor en una Venezuela convulsionada por férreas dictaduras. Dámaso Velásquez (1943), novela reeditada como El mar es como un potro (1946) en la que ofrecía una visión áspera de la vida de los pescadores en el Caribe, ganó el Premio Internacional Simón Barceló.

Sin embargo su más grande obra es aquella dirigida a los niños, los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo. Y decimos sin dudas que es su más grande obra porque a 69 años de su publicación, esos cuentos han formado parte del imaginario popular venezolano, del día a día de nuestra infancia, es una parada fija en nuestro desarrollo cultural identitario como venezolanos.

En 1943 fue nombrado director de El Nacional. En 1949 se exilió voluntariamente en Estados Unidos, desde donde enviaba puntualmente sus crónicas para El Nacional, a las que tituló «La semana en Nueva York». En 1954 publicó los cuentos El diablo que perdió el alma. Un ataque cardíaco, en 1962, le provocó la muerte en Connecticut.

¿Qué se dice sobre Arráiz?

Consultamos a algunos escritores y comunicadores, hombres y mujeres de letras, sobre el legado humano de Arráiz, y a continuación compartimos sus testimonios:

Roberto Malaver (periodista): Fue uno de nuestros más completos comunicadores, porque asumió la política y enfrentó la tiranía de Juan Vicente Gómez, fue al exilio y escribió grandes novelas, sin contar los cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo, y además, fue Director del diario El Nacional, lo que quiere decir que vivió comunicando siempre.  Y ahora que se le recuerda por su natalicio, sería mucho más importante que lo recordáramos siempre por sus obras.

Antonio Gamez (chef, barista venezolano): Antonio, al ser consultado sobre la vida de Arráiz, no vaciló en citar una de sus poesías: “Bien podrás darme cieno a beber, y, cuando yo te humedezca de sudor, contestarme con tus áridos cardos como sola comida. O quizá se te ocurra flagelarme la cara con tus brisas, con tus lluvias más frías”.

 Mauricio Figueroa (profesor de Literatura Hispanoamericana): Arráiz es un símbolo de honestidad literaria, de compromiso con la verdad. Su tarea política se resume en una palabra “dignidad” y su tarea literaria en otra “pulcritud”.

Hoy  en Desdelaplaza.com le rendimos tributo a ese gran escritor, comprometido con las causas más justas del ser humano. ¡Feliz cumpleaños Antonio!

DesdeLaPlaza.com/Gabriel Ramírez