¿Es posible la amistad entre un hámster y una serpiente? ¿Y entre un gato y una cacatúa? Este planteamiento parece sacado de un cuento para niños, pero la naturaleza es grandiosa y lo que en principio debería ser una relación de depredador y víctima puede dar lugar a lazos de amistad imprevisibles.
La periodista del National Geographic Jennifer S. Holland ha recopilado en el libro «Amigos inesperados» 47 historias increíbles sobre animales que, sin tener nada en común, han establecido vínculos de «amistad» en distintos puntos del planeta como Sudáfrica, Alemania, India, Japón o el Círculo Polar Ártico.
Un gato y una cacatúa o un perro y un pez son algunas de las combinaciones. ¿Cómo es posible que se lleven bien seres tan distintos? Los biólogos suelen apuntar a beneficios para uno de los animales como la eliminación de parásitos o el calor mutuo, pero este libro expone casos que no son tan claros.
Según la autora, que vive en Maryland con su marido, dos perros, docenas de serpientes y unos cuantos lagartos, este tipo de vínculos se suelen dar entre animales en cautividad, que al no competir por sus necesidades básicas, dejan fluir su “energía emocional”.
Puede que los animales estrechen lazos al tener la comida asegurada, o puede que la necesidad de tener un buen amigo no sea exclusivamente humana.
Aquí puedes ver algunas de las historias recogidas en el libro
Desde la Plaza/THP/ AMH
