El 29 de julio de 1898 fallece en Caracas a causa de tuberculosis, el pintor Arturo Michelena, uno de los artistas venezolanos más importantes del siglo XIX.
Su padre, el pintor Juan Antonio Michelena, fue su maestro. Junto a él abrió una Academia de Arte en Valencia, en la cual realizaban retratos por encargo.
El joven pintor trabajaba murales, copiaba cuadros antiguos, elaboraba retratos infantiles, actividades que le sirvieron de base para llevar a cabo sus obras.
En compañía de Martín Tovar y Tovar se embarca rumbo a París, donde se inscribe en la “Academia Julian”, donde conoció a Emilio Boggio y a Cristóbal Rojas.
Su obra se caracterizó por la adopción del realismo academicista y por el ambicioso propósito de la ambientación documental y arquitectónica de los asuntos narrados, ya fueran escenas de género o episodios históricos.
De vuelta a Caracas, contrajo nupcias con Lastenia Tello Mendoza y, poco después, retornó a París para iniciar un nuevo período en su carrera. Durante este lapso, adquirió mayor destreza como dibujante y resolución en el uso del color y en la captación del movimiento natural.
En este período mostró inclinación hacia el impresionismo y hacia los temas religiosos, destacando sus obras: La vara rota (1892) y Pentesilea (1891).
Regresó a Venezuela luego de haber contraído tuberculosis en París. Su salud, cada vez más resentida, apenas le permitió ocuparse de su trabajo, pese a ello emprendió proyectos ambiciosos como “Miranda en la Carraca”, su tela más célebre, “Berruecos”, “El Descendimiento” y “La última cena”, dejando inconclusas algunas de éstas.
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