En la China rural los ladrones de tumbas están robando cadáveres de mujeres para cubrir la creciente demanda de ‘matrimonios fantasmas’, una antigua tradición cuyos orígenes se sitúan hace casi 3.000 años.
Este ritual indica que los hombres que han fallecido solteros deben de ser enterrados junto al cadáver de una ‘novia’, ya que, de lo contrario, el pueblo sufrirá mala suerte y desgracias, informa la agencia Xinhua.
El mismo ha sido practicado profusamente a lo largo de las dinastías feudales de China y fue especialmente popular en el siglo X durante la dinastía Song. Las autoridades lo prohibieron después de la fundación de la República Popular de China (en 1949).
A partir de este momento, en las provincias rurales continuaron con la práctica pero se utilizaron en su lugar muñecas de papel o pasta. Sin embargo, a medida que estas zonas se enriquecieron la controvertida costumbre ha vuelto a establecerse con fuerza en algunas zonas de las provincias de Shanxi, Henan y Shaanxi (ubicadas al noreste del país).
El mercado de los ‘matrimonios fantasmas’
Actualmente, el robo de cadáveres en China está considerado delito, por lo que puede ser castigado con hasta tres años de prisión. Sin embargo, Lin Xu, subdirector del departamento de policía del condado de Hongtong, apunta a que este castigo no ha frenado a aquellos que se lucran ejerciendo trata de cadáveres.
Así, Xu indica que en este condado se han reportado al menos tres decenas de robos de cadáveres femeninos en los últimos tres años, varios de los cuales se han producido en los meses de febrero y marzo de este año.
El director adjunto de la Asociación Tradicional de Literatura y Arte de China, Chang Sixin, explica que es bastante fácil encontrar agencias matrimoniales que vendan cadáveres femeninos para los solteros del país.
Son particularmente demandados los cuerpos que han fallecido y enterrados recientemente, pudiendo llegar a tener un coste de 15.500 dólares. Los cuerpos que tienen décadas de antigüedad rondan los 5.000 dólares.
El vecino de la aldea de Quting, Jing Gouzi, compró un cadáver para enterrarlo en la misma tumba que su hermano mayor. «Pensé en utilizar una mujer hecha de pasta, pero los ancianos de nuestro pueblo insistieron en que solamente los cuerpos reales pueden prevenir la desgracia», explica.
En este ritual, se lleva a cabo una completa ceremonia nupcial, el esqueleto de la ‘novia’ es reforzado con alambres de acero y el cadáver vestido antes de ser enterrado junto al soltero fallecido para que le acompañe en su vida futura.
Búsqueda interminable
Resulta prácticamente imposible dar con estos cuerpos robados para los ‘matrimonios fantasma’, explica Xu. Guo Qiwen, residente del condado de Hongtong, ha gastado cerca de 8.000 dólares en la búsqueda del cadáver de su madre, robado el pasado mes de marzo, sin éxito alguno. «Me rompe el corazón no tenerla de vuelta», cuenta entre lágrimas.
La desaparición en masa de cadáveres ha sembrado el pánico en las localidades pequeñas. De esta forma, los lugareños han comenzado a enterrar a sus seres queridos cerca de sus viviendas en lugar de en sitios distantes en las montañas, e incluso las familias más adineradas han reforzado la seguridad contratando vigilancia o reforzando las tumbas con acero.
DesdeLaPlaza.com/RT/KM