“La poesía no está en las aulas ni en las oficinas”. Así reza nuestro manifiesto Cielo incendiado, de la plaqué, Kavafis, que nos inventáramos José Quiaragua y yo para evitar los vuelos bajos que cercan en las instituciones.
Un 26 de octubre de 1999 los países miembros de la Unesco, en París, acordaron que cada 21 de marzo sería el Día Mundial de la Poesía. “Tras analizar detenidamente la situación de la poesía a finales de este siglo, acogieron con satisfacción y entusiasmo la idea de proclamar un día dedicado a la poesía”, refieren las Resoluciones del acta que se levantaron de la 30° reunión, cuyas conclusiones se exponen en el documento 157 Ex/9. Con razón William Osuna y José Quiaragua, poetas venezolanos, no lo habían tomado en cuenta hasta que me los encontré el mismo día. Nos sentamos a tomar café, a comer golfeado y les comenté que el 21 de marzo…
El poeta Quiaragua dice que es un buen día. “Quien lo inventó es una persona que tiene bastante humor o es muy inocente. La poesía es algo permanente. Un hilo que tú agarras y va desde aquí hasta la China. Ese hilo, la gente va halándolo y halándolo para no romperlo. Se mantiene. Ésa es la poesía”.
William sabe que el 18 de marzo es su cumpleaños, el 19 el de César Vallejo y la fiesta en Elorza y que el 21 sería una extensión. “Arpa, cuatro, maracas, versos y décimas. Y si no es, lo inventamos. Creo en ti”.
Fuego sagrado
En El peor de los oficios, Gustavo Pereira, su autor, explica que en la antigua China para ejercer un puesto oficial o en el gobierno había que ser poeta. Inclusive los japoneses tenían un Ministerio de la Poesía y “entre mayas y aztecas el oficio de cantor era privilegiado. Pero casi siempre, y contrariamente a lo que cabría esperarse en estos tiempos de tirajes masivos y derechos de autor, los poetas han tenido que dedicarse a la caza, a la pesca, a la burocracia, a la docencia, a las embajadas, a las genuflexiones o a las lamentaciones. Jamás han podido, como cualquier carpintero o albañil, ejercer su oficio a plenitud”.
-¿Cuál es la responsabilidad de un poeta? ¿sólo escribe versos?
-Osuna: El poeta se sirve de la palabra y ella fluye en la página en verso o en prosa. Como tú quieras. Sólo escribe su vida y lo que va alrededor. Lo que sueña, lo que oye. Es cinco sentidos y hasta seis. Vaya a saber usted cuál es ese sexto.
-Quiaragua: El poeta vive y luego escribe. Escribir es una circunstancia, se vive poéticamente. Los poetas han dejado una estela. La gente que ha estado cerca de ellos siente que un fuego sagrado pasó cerca y los chamuscó en su vivir. Son un chamuscar luminoso tanto los poetas como los artistas.
La palabra luminosa
La poesía evoca y se manifiesta en las calles, en los bulevares, en cosas que no tienen que ver con los libros ni con las bibliotecas, cuenta Quiaragua. “Es vida que anda por allí floreciendo”. Osuna interviene y aporta que “es el único lenguaje que puede unir a toda la humanidad”. Continúa Quiaragua y acota que su grandeza rompe las estructuras del poder. “Lo hierático, las formas que quieren ocultar al hombre mismo, ocultar su parte física. Todos esos elementos están dentro de la poesía. La palabra luminosa, los grandes silencios que han tenido los poetas sirven para cambiar el mundo. Nadie se imagina lo que significó Antonin Artaud para la vida de todos nosotros. Él cambió las maneras de sentir, de amar, de permanecer acá en este plano de la cotidianidad”.
-¿Alguna vez colocaron en una planilla de empleo que su oficio es ser poeta?
-Osuna: Una vez coloqué astronauta. Como dicen que los poetas están por allá arriba…
-Además de enseñar, conmover y deleitar, según Ezra Pound, ¿el poeta tendría otra función?
-Quiaragua: Darle tranquilidad a toda una civilización. Suministrarle alegría y pequeñas balsas. Desgraciadamente el poeta no puede hacer muchas. Las que hace son mínimas balsas de salvación para que el hombre se enrumbe por muchos caminos. Deja muchos barquitos construidos con pequeñas maderas y así el hombre, en grupitos, se va por muchas partes.
¿Qué piensan estos poetas de otros poetas…?
De José Antonio Ramos Sucre
-Osuna: Uno de los insomnes más maravillosos que ha conocido este globo terráqueo.
-Quiaragua: Un poeta sombrío, trasvasado por la luz de lo oscuro. Dejó un mensaje minucioso de cómo sufría un hombre.
“Yo quisiera estar entre vacías tinieblas, porque el mundo lastima cruelmente mis sentidos y la vida me aflige, impertinente amada que me cuenta amarguras”
Preludio (fragmento)
De Vicente Gerbasi
-Osuna: Tuve la fortuna de trabajar con él. Un gran hombre y un gran poeta. Dejó para la poesía Los espacios cálidos y Mi padre el inmigrante.
-Quiaragua: Es un poeta de la luz. De la memoria vegetal. Quiso dejar un mensaje.
“Cuando saliste al mar ibas solo y perdido, solo entre tus soldados, bajo una lluvia lenta que enciende por el cielo el penacho de Dios”
El Tirano Aguirre (fragmento)
De Ramón Palomares
-Osuna: Perdí a mis papás siendo un muchacho. Como un niño huérfano he ido buscando padres por allí. A cada persona que quiero lo trato como amigo, pero si se descuida lo trato como padre. Eso pasó con Ramón. Me adoptó en la distancia.
-Quiaragua: Es una de las profundas voces, de los sentires. Poseedor de una geografía que no se explica en los mapas. De una biografía espiritual construida con mariposas, con cantos, con pájaros y de tradiciones ancestrales indígenas. Todo un conjunto de símbolos.
“Mañana le digo al sauco que me voy
Hasta muy lejos, allá donde están cantando los hombres,
Donde corren los muertos y se entierran.”
El patio (fragmento)
Del Chino Valera Mora
-Osuna: Como dicen los españoles del siglo pasado, un mimaestro. Con él se aprende a querer este país en su fiereza y en su historia.
-Quiaragua: Un poeta de un verso mensaje, revolucionario. Entendía que la poesía hay que llevarla a planos que transformen la realidad.
“Amanecí de bala
Amanecí bien magníficamente bien todo arisco
Hoy no cambio un segundo de mi vida por una bandera roja
Mi vida toda la cambiaría por la cabellera de esa mujer alta y rubia”
Amanecí de bala (fragmento)
DesdeLaPlaza.com / Mayrin Moreno Macías