Rafael Nieves celebra el cuerpo posible, el cuerpo que se disfruta
En el 2000 la gente quedó obnubilada después de salir del edificio Corpbanca en La Castellana. Dos bailarines, hombre y mujer, daban la bienvenida.
“Hasta aquí caben, no cabe más nadie”. Presionaban el botón de play y el casete echaba a andar. Ofrecían un traguito de ron, hacían un par de chistes. “Sólo caben 15 y apártense porque vamos a pelear”. Prendían unas bolas con luces de colores, hacían una rifa de mentira y tenían una pelea de pareja que terminaba en plomo. La mujer mataba al hombre. “Se me van porque se acabó la fiesta. ¿Qué me ven? ¿No ven que hay un muerto aquí? Hay un muerto, pana. Váyanse. Se acabó la fiesta. Puro arrocero es lo que viene pa’cá”.
Era Gris Plomo de Caracas Roja Laboratorio – una agrupación con 16 años de labores ininterrumpidas- en el evento Caracas en Movimiento. En ese momento le gustaba la danza como una posibilidad y se instaló porque allí convencía,gustaba.
Dejaba de ser objeto para forjarse como artista junto a quien en la actualidad es su esposa, Hilse León.“Eso era mortífero para el concepto de danza que imperaba. Sin embargo, era el riesgo que había que correr. Yo no me iba a poner a malandrear ahí. El reto era hacer danza y bien hecha. Conceptualmente utilicé lo que tenía y lo que había vivido: un matiné, donde además se prende una plomazón al final y te echan”, cuenta Rafael Nieves, director de Caracas Roja Laboratorio, con quien conversamos para celebrar la danza en su día.
Hoy Nieves imparte clases en Unearte. Se presentó con su ropa de bailarín y un collar con un colmillo gigante. Estudió en el Taller de Danza Caracas y Danza Hoy Escuela. Y aunque se licenció en Teatro, mención actuación, le ha dedicado toda su vida a la danza y a la música.
En los grupos de teatro a los que llegaba solían valorarlo por lo que hacía con su cuerpo. Trabajaba la voz, los textos, pero lo querían ver desnudo, con chorcitos, que hiciera acrobacias, que se parara de cabeza. Profundizó en la danza. Encontró varios caminos, uno de ellos fue la Nueva Danza.
Surgió en EEUU a finales de los 60. Le llaman también posmoderna. Inserta el concepto de la improvisación, el trabajo de contacto, las técnicas de soltura, el entendimiento del cuerpo a partir de las cualidades propias de cada individuo.
La profesora Macarena Solórzano fue quien le dio la oportunidad de ser bailarín. Le marcaron esos seis meses junto a ella. Dejaba el mundo del teatro por la danza.
Camino musical
Nieves también toca la bandola. Ha hecho de la música, el teatro y la danza un solo cuerpo. No los ve como elementos separados. Ve la danza como un espacio para colocar todo lo aprendido: construcciones dramáticas, elaboraciones discursivas, puede hablar de sus problemas como hombre, como esposo, tener la profundidad que quiere. “ Si la gente bailara más, podría ser más amorosa, más humana. No podemos desprendernos del movernos. Si huimos del movimiento, también estaríamos huyendo de nosotros y de nuestra relación con el todo. Empezamos a morir”. Por eso Rafael Nieves construye desde la danza. Sabe que el conocimiento formal está sobrestimado. Hay otra forma que habita en su ser y la expresa mediante el cuerpo.DesdeLaPlaz.com / Mayrin Moreno Macías
Fotos:cortesía Rafael Nieves