La escritora mexicana Elena Poniatowska ofreció este domingo una charla que sirvió como uno de los eventos de cierre del Festival Internacional Cervantino (FIC) y en la que dijo que tiene al Quijote como «guía de vida» y que lo prefiere a «cualquier santo».
No obstante, la autora (París, 1932) volvió a reafirmar, en el Teatro Juárez de la ciudad de Guanajuato (centro de México), que se identifica más con la figura del escudero del hidalgo, como ya hizo cuando en 2014 recogió el Premio Cervantes y se describió como «una Sancho Panza femenina».
«Me identifico con Sancho porque también vivo desde 1953 -cuando se inició en el periodismo- en medio de una muchedumbre de refranes y palabras», en ocasiones disparatadas como la vida, que «se viene a grandes cuchilladas», afirmó la escritora.
Pese a que el evento, configurado inicialmente bajo el título «Tres premios Cervantes», también iba a contar con la presencia del chileno Jorge Edwards y el mexicano Fernando del Paso, finalmente estos dos autores no pudieron acudir «por razones estrictamente médicas», dijo el director del FIC, Jorge Volpi, quien ejerció como interlocutor de Poniatowska.
La escritora recordó cómo fue en su país natal, Francia -de donde salió a los diez años para llegar a México-, donde descubrió por primera vez el Quijote, con una edición infantil que todavía conserva y que entonces leía tras persignarse porque pensaba que era un libro semejante a otros que tenía sobre vidas de santos.
Ahora se encomienda también al aspirante a caballero, a quien le pide que no le «desampare ni de noche ni de día» y cuya figura lectora prefiere a cualquier santo o ante los «sangrientos Cristos que mueven al espanto».
La escritora aseguró que al leer la obra cumbre cervantina es el lector el que pierde el juicio. «Aunque sea por un momento tenemos la sensación de haber enderezado un entuerto y salvado a un desencaminado; las Aldonzas se nos antojan Dulcineas y los molinos de viento giran solo para ahuyentar nuestros temores».