Varias han sido las plazas que rinden honor a los célebres e ilustres próceres de nuestra independencia, exaltando el patriotismo y el orgullo de ser venezolano.
Una de estas plazas, que acoge diariamente a más de un centenar de transeúntes en el centro de una ciudad tan cogestionada como lo es Caracas, es la Plaza Miranda en honor a nuestro universal prócer el Generalísimo Francisco de Miranda.
Ubicada entre las avenidas Baralt y Lecuna, en la urbanización El Silencio de la parroquia San Juan, este espacio público se conocía con el nombre de plaza Bermúdez, pero no fue sino hasta el año 1936 que se decidió cambiarle el nombre por plaza Miranda.
La plaza fue concebida dentro del proyecto impulsado por el entonces presidente Isaías Medina Angarita para reurbanizar los barrios próximos al casco histórico de Caracas, otorgándole dicho proyecto al arquitecto Carlos Raúl Villanueva, e inaugurándola en el año de 1945 junto a otras obras de esta urbanización ubicada en el centro de la capital.
En el año 2006, por el motivo del bicentenario de la llegada de Miranda a La Vela de Coro para intentar librar la batalla de independencia y por el mal estado que se encontraba la plaza, esta fue remodelada por el entonces Alcalde de la ciudad de Caracas, Freddy Bernal, iniciando la recuperación total y su reinauguración a mediados de ese año.
Pero 10 años después, en el año 2016 la plaza es restaurada nuevamente, pero esta vez por el Alcalde de la ciudad Jorge Rodríguez, realizándole una transformación profunda para convertirla en un punto de encuentro de recreación para niños, jóvenes y adultos.
Nuevamente reinaugurada el 14 de julio, fecha en la que se conmemoraban 200 años de la muerte del prócer Francisco de Miranda, la plaza ahora cuenta con la ampliación de las áreas verdes que pasaron de 500 a 1500 metros cuadrados, caminerías nuevas y la recuperación completa del área del busto de la estatua de Francisco de Miranda.
Dotada con un moderno mobiliario urbano, parques infantiles y biosaludables, sistema de iluminación adecuado y con una tarima, donde se podrán llevar a cabo diversas actividades culturales.
La remodelación de la plaza se concibió para proporcionar a la población un desplazamiento sin ningún tipo de barreras (sin muros ni escaleras) para las personas con alguna discapacidad y a las madres que transitan con niños en coches.
Según la concepción de las autoridades municipales, la idea es que la plaza deje de ser un lugar de transición, es decir, que no sea utilizada solamente por personas que se desplazan desde un punto de la ciudad a otro, sino que tenga áreas óptimas para el disfrute lúdico y la recreación.
Fotografías: Jose Antonio Figueras Ramirez
DesdeLaPlaza.com/Agencias/Rubén Scorche