El concurso de Miss Universo, puede llegar a ser el sueño de cientos de mujeres que aspiran a lo más alto en la competencia de belleza más reconocido del mundo, pero la belleza es un término muy ambiguo, al menos para los estrictos jueces de Miss Universo.
El aspecto físico no lo es todo para alcanzar la cima. El intelecto, la calidad humana, y las particularidades que hacen especial a una persona de las demás, son los mejores medios para ser reconocida en el prestigioso galardón internacional.
Este sueño lo comparte una chica llamada Mikayla Holmgren, junto con miles de mujeres jóvenes de su edad, alrededor de Estados Unidos. La única diferencia de Mikayla con sus competidoras, es que ella padece síndrome de Down, tema que a ella no le preocupa en lo absoluto.
“La belleza es de adentro hacia afuera, soy una persona feliz que intenta contagiar su belleza interna a los demás”, dijo en el canal Fox de televisión local, después de dar a conocer su candidatura para ganar la corona de Miss Minnesota USA 2017, la cual es una de las competencias más reñidas en ese país.
Estudiante de la Universidad de Marine en Saint Croix, Minnesota; Mikayla es la primera mujer en la historia de la competencia en padecer síndrome de Down, que contempla a cualquier chica sin importar sus condiciones socioeconómicas o físicas.
Denisse Wallace, co-directora ejecutiva del concurso Miss Universo en Minnesota, describió a la estudiante de 22 años como “pionera” en el concurso, sin desprestigiar a sus competidoras, “ni los organizadores ni yo misma estamos acostumbrados a tener una competidora con el entusiasmo y la particularidad que tiene ella, estamos muy orgullosos”.
Su determinación le ha hecho perseguir sus sueños y su gran pasión que es la danza. Dichas cualidades le han abierto un espacio para hablar sobre temas de superación en el Congreso local y en el Senado, convirtiéndose en una mentor de determinación y realización personal.
Su ejemplo hace recordar a una aspirante el año pasado para Miss Minnesota. Halima Aden, quien pasó sus primeros años de vida en un campamento de refugiados en Kenia y que compitió con un hijab y burkini, un atuendo muy tradicional del país africano, haciéndole llegar a las más altas instancias de la competición local.
Mikayla confía en que su lugar en esta competición, junto con la de muchas chicas más, romperá más barreras. “Ni los nervios de caminar en altos tacones y traje de baño, ni los nervios de que mi madre me mire y apoye, mermarán mi entusiasmo”, relató a la BBC. “Quiero que el mundo sepa que el síndrome de Down no es un obstáculo para alcanzar tus metas”, escribió en una página web que se dedica a recaudar fondos para cubrir los costos del concurso, y finiquita: “Con tu apoyo, puedo ayudar a romper las barreras”.
DesdeLaPlaza.com/CulturaColectiva