En los años 80 y comienzos de los años 90 Venezuela fue centro de referencia latinoamericano para el tratamiento de reasignación de género. En aquella época, se realizaron en el país algunas operaciones de ajuste genital en los hospitales públicos, como el José María Vargas, en Caracas. En días pasados se conoció sobre el Proyecto Renacer, una iniciativa del urólogo José Gregorio Álvarez, para ofrecer a atención médica quirúrgica e integral a personas transgéneros en el país, para mejorar su calidad de vida y desenvolvimiento en la sociedad, según se expresa en una nota de prensa.
La diputada a la Asamblea Nacional Tamara Adrián, quien forma parte del equipo de profesionales, entre médicos endocrinos, quirúrgicos y psicólogos, señaló en una entrevista ofrecida a DesdeLaPlaza que se busca dar a los transexuales la atención completa que en Venezuela no existe.
Álvarez se encuentra en Estados Unidos preparándose en el área con un grupo de urólogos que tienen conocimiento del proceso de reasignación de género. «Hay un gran interés en esa formación. Las cirugías genitales son bastante amplias, la técnica ha cambiado mucho. Entiendo que, con toda responsabilidad, no quiere pasar a involucrarse directamente en el proceso hasta tener el conocimiento necesario».
Se espera que el proyecto se desarrolle ampliamente en Venezuela y que involucre la posibilidad de que, como ocurría en décadas pasadas, personas de países como Colombia, Brasil o Perú vengan al país a someterse al proceso. «Eso se perdió con el tiempo por las razones país, pero existe una oportunidad porque, en líneas generales, se puede ofrecer en Venezuela una medicina dolarizada que es una ventaja competitiva porque muchas personas vienen a operarse a Venezuela».
El proceso no será gratuito porque las operaciones se realizarán en clínicas privadas, aunque Adrián no descartó la posibilidad de que organizaciones o financistas pudieran cubrir económicamente desde el extranjero operaciones para personas de bajos recursos.
Pero el proyecto Renacer se anunció en un momento en el que la salud en el país atraviesa por un momento crítico y los tratamientos para las personas trans se ven seriamente afectados. En Venezuela no hay hormonas femeninas y las mujeres trans tratan de conseguirlas en el extranjero; por su parte, algunos hombres trans se están inyectando testosteronas de caballos, medicamentos de animales que pueden generar problemas sensibles de salud.
Actualmente en Venezuela no existen cifras de personas que han muerto en el proceso de reasignación de género o por mala praxis, pero sí se han conocido casos muy de personas que recurrieron a métodos poco salubres y terminaron formando parte de esa estadística que aún en el país se desconoce.
La diputada señaló que la idea del proyecto es que se pueda apoyar hasta los procesos quirúrgicos que se llevan a cabo un tiempo después de que las personas han cumplido con un tratamiento hormonal. Adrián desestimó que las personas deban asistir a psicólogos o psiquiatras para iniciar la transición.
«Tan loco como decir que si una persona quisiera hacerse un tatuaje tiene que ir meses y meses a un psicólogo hasta que le den permiso. Es inverosímil, es banal el ejemplo, pero eso transmite lo que quiero decir». La también defensora de los derechos humanos recordó que la despatologización de las identidades trans había estado en marcha desde hace 10 años, tanto desde el punto de vista legal como desde el punto de vista de los protocolos de los tratamientos.
Anteriormente -mencionó la parlamentaria- se consideraba que los transexuales tenían una enfermedad mental. «Eso desapareció y fue sustituido por el concepto de que si la persona se siente disconforme y no siente congruencia entre el aspecto físico y la identidad de género, produce situaciones en las que las personas se sienten mal en su cuerpo y, en consecuencia, el tratamiento no es sino una forma de ayudar a la persona para que recupere esa estabilidad emocional, pero no tiene que ver con una patología mental», explicó la experta en materia de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales (LGBT).
La reconocida animadora transgénero Alexa «La Galana» contó a esta redacción que años atrás estuvo a punto de someterse a un proceso poco seguro para aumentar sus pechos. Un amigo la había llevado porque él se colocó pectorales y físicamente se veía bien, detalló Alexa, pero después le manifestó que sentía unas pelotas y dolor en el área. Fue allí cuando la animadora sintió miedo y declinó a la posibilidad de recurrir a esa práctica.
Alexa comenzó un proceso de hormonización a los 24 años para bloquear los rasgos masculinos y en ese mismo período se realizó las operaciones de glúteos y caderas. «Las operaciones aquí en Venezuela son imposibles, a menos de que sea una persona de mucho dinero (…) Ni siquiera trabajando cuatro años me hubiese podido operar la nariz«, dijo. Las cirugías que se ha hecho, en su mayoría, las logró cuando quedó seleccionada en un programa televisivo en el que le costearon, entre otras cosas, la tan esperada mamoplastia de aumento.
Hasta los momentos Alexa no ha decidido someterse a la reasignación de género porque -contó- no le resulta fácil y ha tenido conocimiento de amigas cercanas que no quedaron satisfechas con los resultados: no tienen el mismo apetito sexual, la misma sensibilidad ni el mismo placer. «Por eso yo no me haría todavía el cambio de sexo», expresó.
Reconocimiento legal
En años pasados se reconocía en Venezuela la identidad de los transexuales por la vía judicial. Posterior, con la llegada de la reinvolución, según declaró la diputada a esta redacción, todo este proceso de avance en materia legal «cayó al foso» por distintas razones.
La abogada afirmó que la cirugía genital no es un requisito para el reconocimiento legal de la identidad en ninguna parte del mundo ni tampoco es obligatorio para nadie hacerlo. «La persona que quiera hacerla (la cirugía) lo hará, quien no quiera, no lo hará, pero sí tiene derecho al tratamiento integral para la salud», manifestó.
Adrián puntualizó que desde el punto de vista legal, las leyes modernas, comenzando por la ley de Argentina, Uruguay, México, Colombia, Costa Rica, Bolivia, Chile, Ecuador, por mencionar algunos países de la región, reconocen la identidad sin necesidad de ninguna operación genital, sin ningún tipo de requisito patologizante y sin constancias de un médico «que diga que tú eres lo que eres».
La Organización Mundial de la Salud excluyó la transexualidad de su lista de trastornos mentales en la nueva actualización de la Clasificación Internacional de Enfermedades, publicada en días pasados y catálogo a la que Adrián hizo referencia. Se trata entonces de un avance en el camino de la despatologización de la transexualidad.
Según la diputada, el problema de Venezuela es que se quedó absolutamente atrasada en todo y, en el caso de la comunidad LGBT, casi la mayoría de los países reconocen a las personas sexodiversas. «Venezuela reconocía la identidad de las personas trans por la vía judicial. Desde el 98 no ha sido reconocida la identidad de las personas trans, ni siquiera para operaciones genitales, antes se reconocieron más de 100 personas, posterior a eso, ninguna», indicó.
En este sentido, la abogada resaltó que cuando una persona carece de identificación las barreras se presentan, incluso, para los derechos más básicos, que se tornan casi insuperables, como la educación, la salud, el deporte y el trabajo. Esta situación también ha acarreado que la comunidad de transexuales sean sometidos a la pobreza por la exclusión que sufren en los lugares de trabajos.
«Busca trabajo en cualquier lugar con un título y una Cédula de Identidad que muestre un nombre y una foto diferente a como luces actualmente para ver si te van a dar trabajo», retó la defensora de los derechos LGBT.
DesdeLaPlaza.com/ Luis De Jesús