Aunque en Venezuela la llegada de los Reyes Magos es una de las celebraciones menos festejadas de la Navidad, los chamos siempre guardan la esperanza de al menos encontrar caramelos dentro de la bota o debajo del árbol. Pero los magos que visitaron al niño Jesús no solo fueron a llevar regalos y su historia no es tan detallada como la han estado contando.
Según se nos ha enseñado, el 6 de enero tres Reyes Magos –Melchor, Gaspar y Baltasar (no se les olvide que este último era de tez negra)- llegaron a Belén desde tierras lejanas a adorar al hijo de Dios recién nacido y darle generosos presentes.
Pero basta consultar la Biblia para comprobar que los hechos que allí se relatan son menos precisos que las historias contadas a los niños –algunas abaladas y promovidas por la iglesia- que le dan ese ápice fantástico y soñador, que indudablemente genera afinidad por la religión.
En las sagradas escrituras, estos hombres solo son mencionados en el libro de Mateo, como “unos magos” que buscaban al rey de los Judíos para adorarlo, e inocentemente, informaron al rey Herodes de la llegada de un ser que ponía en jaque a su reinado y que desencadenó la matanza de miles de niños.
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Además, de estos magos, que bien podrían ser 2 o 30, no se dice como lucían, cuáles eran sus nombres ni qué territorio supuestamente reinaban. Fue la Iglesia a partir del siglo V que le puso color a estos hechos, que son relatados en menos de 20 versículos.
“y el negro Baltasar”
Quizás la variación que más destaca, es el color de piel del rey mago Baltasar, que hágase énfasis, era negra.
En el siglo XVI las necesidades de la Iglesia Católica le llevaron a identificar los tres reyes con los tres hijos de Noé (Sem, Cam y Jafet) que, según el Antiguo Testamento, representaban las tres razas que (según se creía) poblaban el mundo.
Fue entonces que Melchor pasó a simbolizar los europeos descendientes de Jafet. Gaspar representaría a los asiáticos descendientes de Sem. Y Baltasar, negro y barbado, haría lo propio con los africanos descendientes de Cam.
Ahora preguntémonos ¿Cuántas veces hemos visto un sujeto de ojos achinados en un pesebre? Suena descabellado, pero ¿por qué no? Se hace tanto hincapié en el color de Baltazar, lo justo sería ver la representación de las otras razas.
Pero la realidad es otra, y si lo analizamos puede que tenga cierta connotación racista. Baltasar, siempre de último, fue el que entregó a Jesús el presente menos carismático: la mirra, una sustancia que se usaba para embalsamar a los cadáveres y que significaba que el mesías debía morir.
En algunas culturas, antiguamente a los magos se le asignaban funciones para los obsequios. Melchor traía dulces y miel; Gaspar traía ropa, zapatos y cosas prácticas, mientras que Baltasar castigaba a los niños malos dejándoles carbón o leña… ¿conveniente, no?
Nombres
Los nombres de los magos presuntamente provienen Evangelio del Pseudo Tomás del siglo II, no incluido en la Biblia, en el que se dice por primera vez que son tres y les asignan los nombres por lo que hoy los conocemos.
Aunque estos no son sus únicos apodos. Entre los griegos se les dieron los nombres de Apellicon, Amerim y Serakin; entre los sirios los de Kagpha, Badalilma y Badadakharida y entre los etíopes los de Ator, Sater y Paratoras.
No podemos deducir el por qué surge la necesidad de modificar la historia, ya que es muy precisa como la presenta la biblia, sin embargo es importante analizarla y tratar de no seguir incurriendo en los errores del pasado. Aquí el pasaje los nombra y como siempre, saque usted sus propias conclusiones.
Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.
Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, de la tierra de Judá, No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; Porque de ti saldrá un guiador, Que apacentará a mi pueblo Israel.
Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella; y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.
Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.
Para los más optimistas, asúmelo, no importa cuándo, lo importante es que llegue.. ¿o no?
Desde La Plaza /ABD