Para nosotros los venezolanos la cena navideña tiene sabores específicos, la hayaca, el pan de jamón, la ensalada de gallina y el pernil, al menos eso es lo básico, claro que hay sus variaciones, pero en general se compone con lo antes mencionado.
Investigando acerca de dicha composición he llegado a la conclusión que la combinación completa del plato tal y como se concibe hoy es relativamente nueva, tiene no más de 100 años, tal vez menos, ya que aunque la hayaca se come desde el siglo XVIII aproximadamente, en navidad se empezó a comer hacia el siglo XIX.
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La ensalada de gallina no se inventó sino hasta finales del siglo XIX, y se dice que llegó a Venezuela una vez que la cocina internacional empezó a penetrar en nuestras mesas, posiblemente gracias a la influencia de los cocineros especializados que llegaban a Venezuela promovidos por Guzmán Blanco quien era conocido por su afición a la cocina europea de la época, y que se dedicó a importar chefs de alta factura para garantizar que su refinado paladar pudiera degustar platillos mas apegados a su europeizado gusto.
El pan de jamón entró al ruedo navideño a principios del siglo XX se dice que en una panadería de Caracas, historia de la cual hablaremos en próximas ediciones, el pernil aparece en las mesas caraqueñas navideñas hacia los años 30, por lo tanto podemos decir que el plato típico navideño venezolano es una tradición que se ha ido armando al pasar los años, y llegar a lo que es hoy en día le ha costado al menos 250 años.
El origen de la ensalada de gallina se le atribuye a una variación de la ensalada rusa, la hayaca es sello de lo prehispánico, lo africano y lo europeo, el pan de jamón representa la cara del nuevo panadero venezolano de inicios del siglo XX y el pernil navideño con sus raíces españolas.
El plato navideño se convierte en desayuno de 25 de diciembre y 1ro enero, una arepa con pernil, o con ensalada de gallina, una hayaca recalentada, en sí la cena navideña es versátil y autentica, con sello venezolano. Apartando todos estos datos de interés acerca de nuestro menú decembrino, para nosotros significa unión, familia, compartir, fiesta, alegría.
Aun que el menú navideño se ha ido construyendo a los largo de los siglos, y como por ley universal todo cambia, nada es estático, entonces la cena navideña seguirá en constante renovación, sea por influencia de nuevas culturas y de los medios de comunicación o sea por situaciones específicas que vivamos en nuestro país, lo importante es entender que dichas transformaciones no son más que evolución, a veces poniendo un poco de resistencia al cambio, por lo menos en mi caso, y a veces adaptándonos a los tiempos presentes sabiendo la esencia quedará y que lo que fue y ya no es, simplemente dio pie a lo que hoy está.
DesdeLaPlaza.com/Rómulo Hidalgo