El mundo recuerda este 12 de febrero al escritor e intelectual argentino, Julio Cortázar, importante personalidad de la literatura del siglo XX comprometido con las luchas de los pueblos oprimidos, a 32 años de su fallecimiento en París (capital francesa).
Cortázar traductor, dramaturgo, poeta y excelente autor del relato corto fue uno de los escritores que revolucionaron la literatura, al romper todos los moldes clásicos que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica.
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Cortázar es considerado uno de los autores más innovadores, comparable con Julio Borges, Antón Chéjov o Edgar Allan Poe.
Julio Cortázar, de padres argentinos y nacido en Bélgica en agosto de 1914, cursó sus estudios primarios y los completó con los de magisterio y letras. Durante cinco años se desempeñó como maestro rural y luego como traductor de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Parte de su vida la pasó en Argentina, Italia, España, Suiza y Francia, último país en el que se estableció en 1951 y en el que ambientó algunas de sus obras. Sin embargo, no fue sino hasta 1981 cuando recibió la ciudadanía francesa.
En 1963 publicó su obra maestrea “Rayuela”, que marcó un estilo al poderse leer cronológicamente o a saltos por capítulos como un juego de cuadros trazados en el piso, según un tablero diseñado por el autor, quien pensó titularla Mándala en un primer momento en referencia al símbolo circular que se encuentra desde el comienzo de la humanidad.
Al ser preguntado sobre el significado de “Rayuela”, Cortázar expresó que “de alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura”.
Pese a que Julio Cortázar es reconocido principalmente por su narrativa, escribió gran cantidad de poemas en prosa e incluso poemas en verso. También colaboró en publicaciones en distintos países, grabó sus poemas y cuentos, escribió letras de tangos y le puso textos a libros de fotografías e historietas.
En 1963 visitó Cuba, invitado por Casa de las Américas, para ser jurado en un concurso y a partir de ese momento nunca dejó de interesarse por la política latinoamericana.
Entre sus obras destacan Bestiario, Final de juego, Las armas secretas, Historias de cronopios y famas, La vuelta al día en ochenta mundos, entre otros numerosos volúmenes de relatos, así como de las novelas Los premios, El libro de Manuel y El diario de Andrés Fava.
Desde La Plaza/ Radio del Sur/YIB/MB