Un día como hoy, en el año de 1816, el Libertador Simón Bolívar, en ejercicio de la autoridad que concentraba en lo ejecutivo, legislativo y judicial y que emanaba de su nombramiento como Jefe Supremo de la República, dictó en Carúpano el decreto de “libertad absoluta de los esclavos”, con el propósito de hacer justicia a esos hombres y mujeres sojuzgados como propiedad de otro.
Estos esclavos recién libertados se alistaron en las filas del Ejército Patriota (EP), para luchar en las guerras de independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela contra el imperio español.
Esta medida de justicia y humanidad, que por primera vez se tomó en la historia republicana del país, sería luego parcialmente desconocida por los Congresos Constituyentes de Angostura de 1819 y Cúcuta en 1821, pero significó el peldaño fundamental del derecho social y de la igualdad entre los seres humanos que hoy reconoce el constitucionalismo contemporáneo de la América Meridional.
El decreto rezaba, “la justicia, la política, y la Patria reclaman imperiosamente los derechos imprescindibles de la naturaleza, he venido en decretar, como decreto, la libertad absoluta de los esclavos que han gemido bajo el yugo español en los tres siglos pasados”.
El objetivo del decreto se materializó 38 años después. El 24 de marzo de 1854 el presidente José Gregorio Monagas autorizó el ejecútese a la ley que en uno de sus artículos señala: “Queda abolida para siempre la esclavitud en Venezuela”.
Con el decreto, El Libertador cumplió la promesa que le hizo a su amigo y protector en Haití, Alejandro Petión, de otorgarles la libertad a todos esos hombres y mujeres traídos por la fuerza desde África a América.
DesdeLaPlaza.com/Agencias/RS