La vida de los niños y niñas indígenas transcurre entre ríos, curiaras, árboles, bailes, faenas, cuentos y enseñanzas. Son unos guías natos, les encanta mostrar las bondades de sus territorios. No le tienen miedo a casi nada, por no decir a nada. Son fuertes, valientes, curiosos y tímidos de entrada, pero cariñosos y cómplices para siempre.
Aunque en ocasiones no dominan el castellano, te sumergen en su mundo y te enseñan sus costumbres. Sus chinchorros son su sitio de descanso, juego y aprendizaje.
Las noches en una comunidad indígena son de reflexión. Por lo general, las madres les enseña a hablar, los padres las faenas diarias, los abuelos la manera de ver el mundo, los hermanos los juegos y la complicidad.
La fecha se conmemora desde hace 37 años, pero sólo se celebraba el día del niño Wayúu. Con el pasar de los años, el día 18 de marzo, se asumió y agregó al calendario escolar del Ministerio del Poder Popular para la Educación, para celebrar el Día Nacional del Niño y Niña Indígena.
Niñas y niños representantes de las distintas poblaciones originarias, como: Warao, Pumé, Barí, Ye’kwana, Yanomami, Kariña, Pemón, Wayúu, Añú, Jivi, Sanemá, Piapoco, Eñepa, Yukpa, Cumanagoto, Mapoyo, Yabarana, entre otros. ¡Feliz día!
DesdeLaPlaza.com/ACR