Hablar de poder de la pelota en Venezuela se ha convertido desde hace un tiempo en reseñar las actuaciones sobre el plato de Miguel Cabrera. Desde su incursión en las mayores, el maracayero no ha parado de sorprender con su desempeño con el bate, hecho que lo ha llevado a romper marcas históricas para un nativo en departamentos ofensivos en el que solo se asociaba un nombre: Andrés Galarraga.
Considerado el slugger más poderoso que ha salido del país de las arepas, Galarraga matizó, en 19 años de carrera en el Big Show, números ofensivos que se pensaban perdurarían durante un largo tiempo como insuperables para un jugador con pasaporte venezolano. Sin embargo, desde el arribo de Cabrera al mejor béisbol del mundo, sus cifras empezaron a temblar desde muy temprano. Y con razón.
En apenas 14 temporadas, «Miggy» se ha llevado «por los cachos» las estadísticas que «El Gran Gato» tardó en fabricar en 19 años. El apartado de vuelacercas y remolques, dos de los más importantes renglones ofensivos, ahora pertenecen al primera base de los Tigres de Detroit, quien con (apenas) 32 años de edad parece encaminado a lograr cifras acorde a los grandes jugadores de todos los tiempos de las mayores.
Pese a que ahora solo se habla de los números que pueda alcanzar Cabrera en lo que le queda de recorrido en las mayores, el recuerdo de las hazañas que logró Galarraga aún permanecen intactos en las personas que disfrutaron de su poder y los que han leído de lo que fue y pudo ser antes de ser atacado por el cáncer.
Un gato de muchas vidas
Andrés José Padovani Galarraga nació en Caracas el 18 de junio de 1961. Con un carácter único, ensanchado por su carisma y su amplia sonrisa, Galarraga fue firmado en las mayores por los Expos de Montreal en 1979. En ese momento, algunos observadores de las Grandes Ligas creyeron que el joven tenía demasiado peso para jugar profesionalmente. Conocido como «El Gran Gato», por su extraordinaria agilidad a pesar de su corpulencia (1,91 de altura y más de 100 kilos de peso), Andrés no la tuvo sencilla en sus comienzos, donde tuvo que luchar contra lesiones que lo relegaron a pasar mucho tiempo en las menores.
Ejemplo de lucha contra la adversidad, un ejemplo de vida. Tuvo muchos inconvenientes en sus inicios. Tardó 8 años para llegar a la Gran Carpa y en 1992 cuando jugaba para el equipo de San Luis se lesionó en el primer juego de la temporada. Sin embargo, en la adversidad conoció la bendición, ya que en este equipo compartió con el coach de bateo Don Baylor; un año más tarde fue seleccionado como el primer manager de los Rockies de Colorado, pidiendo entre sus exigencias la contratación del criollo.
Inicia el mejor periplo de su historia a nivel ofensivo, transformándose en uno de los jugadores más temibles en el home.
En febrero de 1999 un linfoma cancerígeno quiso apartar al ídolo del campo de juego; sólo lo logró por una temporada, porque el ímpetu y el deseo por volver se impusieron. En 2003, hubo otro intento por separarlo del deporte, y nuevamente venció, para regresar tal y como siempre lo prometió. El ídolo del béisbol venezolano nunca bajó la cabeza y fue optimista después de que los médicos le dieron la mala noticia.
El orgullo de La Pedrera
José Miguel Cabrera Torres nació el 18 de abril de 1983 en el Hospital Central Maracay, en el sector La Pedrera. Empezó a escribir su historia dentro de la pelota desde muy joven, a los cuatro años, en la escuela de beisbol David Torres. Debutó en la MLB con los Marlins de Florida el 20 de junio de 2003. Ese día le sonó un jonrón al lanzador Al Levine para dejar en el campo a sus rivales.
Con 20 años fue en ese momento una premonición de la carrera triunfal que le esperaba.
Desde ese momento empezó a batear todo lo que le llegaba a la caja de bateo hasta convertirse en la figura principal de los peces. En Florida Cabrera saboreó el dulce néctar del triunfo, coronándose campeón mundial ante los Yankees en el 2003.
En el 2009 el aragueño fue noticia en el mundo deportivo cuando firmó con Los Tigres de Detroit: contrato por ocho años que le garantizaba la cantidad de 152 millones de dólares. Mejorado por su rendimiento en 2013 cuando recibió una renovación por 292 millones, que lo convertía para ese momento en el atleta mejor pagado del mundo.
Su actuación durante más de una década en el Big Show le ha traído innumerables premios, destacando como el más brillante el conseguido en 2012, cuando se alzó con la Triple Corona, gracias a su liderato en promedio de bateo, en jonrones y carreras impulsadas en su liga, hazaña que nadie lograba desde hacía 45 años.
Dos bestias del plato
Sólo dos peloteros venezolanos han alcanzado los 300 jonrones en su carrera como grandeligas: Andrés Galarraga y Miguel Cabrera, con la diferencia, que Cabrera lo logró con 29 años de edad y Andrés estaba cerca de cumplir 40 años, en sus años postrimeros como pelotero estelar.
En Infografía te presentamos los números de Miguel Cabrera y Andrés Galarraga de por vida en las mayores:
DesdeLaPlaza.com / FM