Los Captcha, esas combinaciones de números y letras deformados, a menudo ilegibles, creados para evitar que programas informáticos llenen la red de perfiles falsos, son una de esas grandes fuentes de frustración en internet.
Y curiosamente no son tan eficaces a la hora de cumplir el objetivo para el que fueron creados: distinguir a un humano de un robot. Según una encuesta de 2012, más del 90% de los humanos encuentra las pruebas de los Captcha difíciles.
Por el contrario, según Google, las computadores han ido progresando y ahora resuelven el 99,8% de los mismos.
Pero el No Captcha Recaptcha puede averiguar muchas cosas en ese proceso.
¿Cómo sabe?
Captcha es un acrónimo para Completely Automated Public Turing test to tell Computers and Humans Apart.
La marca en sí es lo menos importante. Lo que hace el sistema es analizar tu comportamiento al hacer clic en la cajita.
Por ejemplo, se fija en los movimientos imprecisos que hace el ratón antes y después de hacer la marca y en el tiempo que le toma al usuario resolver esa prueba o el tiempo que se pasa en la página web.
Los usuarios verán entonces una imagen y tendrán que escoger cual de otras nueve imágenes en pantalla se parece más.
Esta segunda prueba también será frecuente cuando accedas a internet desde un dispositivo móvil como un celular o tableta, ya que el test con el ratón no es eficaz en esos casos.
En todo caso el nuevo No Captcha Recaptcha marca un cambio interesante sobre el futuro hacia el que nos dirigimos como usuarios de internet: dice mucho el hecho de que la identificación pasiva de nuestro comportamiento sea más eficaz que una prueba activa.
¿Cuánta información sobre quiénes y cómo somos dejamos escapar sin hacer nada?
Desde la Plaza/BBC Mundo/AMH