«…En un lugar de La Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme», así inicia el clásico y gran libro Don Quijote de La Mancha, escrito por Miguel de Cervantes Saavedra.
Hoy celebramos el natalicio número 470 de Cervantes (1547-1616), uno de los mejores escritores del idioma castellano. El escritor que vivió una infancia marcada por los fuertes problemas económicos de su familia, le obsequió a los amantes de la literatura una variedad de trabajos literarios, pero el mejor Don Quijote de La Mancha.
Quijote, Sancho Panza y Dulcinea
Publicada en 1605, el texto cuenta la historia de Don Quijote, un Hidalgo de La Mancha que tras leer muchos libros de caballería, decide disfrazarse de caballero y embarcarse en una serie de aventuras al lado de su fiel compañero Sancho Panza y su caballo Rocinante.
El escritor fue apodado como el “Manco de Lepanto”, pues perdió la movilidad en su mano izquierda por recibir una bala de plomo en la famosa Batalla de Lepanto.
Esta obra, hasta la fecha, se inserta como uno de los libros más leídos, tiene más de más de 100 ediciones y cerca de 50 publicaciones especiales, sin mencionar la cantidad de formatos que la han impreso.
«Dad crédito a las obras y no a las palabras»
Sobre su trayectoria en el campo de las letras, sus biógrafos indican que sus primeros afanes literarios se centraron en la poesía y el teatro, géneros que nunca abandonó.
Su obra poética abarca sonetos, canciones, romances, letrillas. También escribió los poemas: Canto de Calíope, incluido en La Galatea y Viaje del Parnaso.
La valoración de su poesía se vio perjudicada por ir incluida dentro de casi todas sus novelas y en el teatro no tuvo mejor suerte, sus contemporáneos no lo aceptaron como dramaturgo, por lo que tuvo que soportar el triunfo arrollador de Lope de Vega (1562-1635), su eterno rival en la escena española.
El 23 de abril de 1616 murió en su casa de Madrid, asistido por su esposa Catalina Salazar de Palacios y una de sus sobrinas. Envuelto en su hábito Franciscano y con el rostro sin cubrir, fue enterrado en el convento de las Trinitarias Descalzas, en la entonces llamada calle de Cantarranas.
Hasta la fecha desconoce la localización exacta de su tumba.
… «El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho», fragmento de Don Quijote de La Mancha.
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