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26 de marzo de 1994, el día en que Chávez sale de Yare

El sábado 26 de marzo de 1994 el teniente coronel Hugo Chávez sale de Yare, luego de que el expresidente Rafael Caldera otorgara el sobreseimiento a la causa abierta por la rebelión del 4 de febrero de 1992. Dos años después de esa rebelión del 4F, el pueblo esperó a las afueras del centro penitenciario al barinés para agradecerle su gesta heroica.

Chávez Frías junto a los soldados del Movimiento Bolivariano MBR-200 se habían rebelado contra el sistema político que representaba el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez, quien bajo órdenes del Fondo Monetario Internacional (FMI) causó inestabilidad política, económica y social, que tuvo su mayor impacto con la represión a la rebelión popular del 27 de febrero de 1989.

Antecedido por esas circunstancias históricas, salió hace 22 años el delgadísimo teniente coronel Chávez del centro penitenciario mirandino, luciendo un liquiliqui beige.

 

«Yo estaba muy nervioso ese día, se lo confieso, nervioso. ¿Qué será de mí ahora, Dios? Habíamos planificado una rueda de prensa en Los Próceres, y un grupo de amigos puso una mesita allá, un micrófono y unos periodistas. Venía yo muy asustado, se lo confieso. Me quité el uniforme. Lloré allá en el samán y el roble, en mi querida alma máter. Me puse un liquiliqui claro y salí», rememoró Chávez, en Las catacumbas del pueblo, palabras que fueron recogidas en el libro Cuentos del Arañero.

Con los nervios a flor de piel, a la pregunta de un periodista: «¿Y ahora usted adónde va?», contestó: «Me voy a las catacumbas del pueblo».

Al tiempo que las puertas de Yare se cerraban tras él, se abrían otras. Ésas lo llevarían a liderar la última revolución del siglo XX y la primera del siglo XXI, proceso indetenible cuyas bases se fundamentan en un proyecto liberador, democrático y socialista.

Cientos de simpatizantes, con la esperanza indomable, recibieron a Chávez con banderas, pancartas y cantos.

«El mensaje del MBR va a la calle, a la carga, a tomar el poder político en Venezuela. Va a demostrarles a los politiqueros venezolanos que esta generación militar, que tomó el camino del sacrificio, va al rescate de su verdadero destino», sentenció Chávez.

Así, el líder del MBR-200 dictó lo que sería la línea de acción política que lo llevaría al Palacio de Miraflores tras las elecciones de 1998.

El vínculo sagrado entre Chávez y el pueblo ya había iniciado aquel 4 de febrero con un «por ahora», una frase que con el tiempo se volvió un «por siempre».

Sin darse cuenta, y con sólo dos palabras, ese soldado rebelde selló una alianza irrompible, constatada durante los 14 años en los que Hugo Chávez fue líder de la Revolución Bolivariana y presidente de Venezuela.

DesdeLaPlaza.com/Avn/KR

 

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