Si hace apenas tres semanas Uma Thurman y Tarantino compartían alfombra roja, escenario, chalet y gestos cómplices durante el Festival de Cannes haciendo saltar todo tipo de rumores sobre una relación sentimental, ahora un beso en un famoso restaurante de Beverly Hills, en California, ha encendido aún más los comentarios.
Poco antes de pasearse por el festival con un impresionante vestido blanco de Marchesa realizado en seda y con bordados de pájaros dando forma a su escote, la actriz rompió definitivamente, después de continuas idas y venidas, con el empresario Arpad Busson, padre de Luna, su tercera hija, ya que Uma Thurman tiene otros dos, Maya, de 16 años, y Levo, de 12, fruto de su matrimonio con el intérprete Ethan Hawke, con el que estuvo siete años.
Tras esta ruptura, la actriz se ha trasladado con la pequeña Luna hasta Beverly Hills, donde vive el director, que siempre ha dicho públicamente que Uma es su musa y su amor platónico. De hecho, y según aseguran varios medios estadounidenses haciéndose eco de los comentarios de sus amigos,Tarantino llevaría enamorado de la actriz desde 1994, fecha en la que se rodó Pulp Fiction.
Desde que Thurman se convirtiera en la intérprete indispensable en las películas del cineasta siempre ha tenido una contestación a los rumores sobre una amistad especial entre ambos. “Somos personas muy diferentes, pero eso es lo que hace divertidas nuestras conversaciones. Tenemos perspectivas muy diferentes. Él es una persona muy extrovertida. Yo soy muy introvertida. Simplemente somos caracteres diferentes”, decía hace ya algún tiempo cuando no había caído aún en los brazos del soltero de oro de Hollywood.
Desde la Plaza/ Vanitatis/ AMH