Por ser una mezcla de lo que llamarían los españoles guarradas, chistes vulgares, groserías, bromas pesadas y afines, la segunda parte de Ted, particularmente cansa, no se aguanta, cuesta llegar hasta el final, sin embargo, quizás por las mismas razones por las que la odié otros podrían disfrutarla.
Dice Woody Allen que el humor es inexplicable: “Creo que en la comedia, al igual que en una partida de ajedrez o un partido de béisbol, entran en juego mil y un elementos psicológicos conocidos y desconocidos. Si algo te hace reír es que es divertido. Es más profundo de lo que uno cree”.
Leer además: Vacaciones cinéfilas
Quizás lo que me pasó con Ted 2, es que no me conecté con esas inexplicables razones que tiene el humor para funcionar.
En Ted 2, Seth MacFarlane, guionista, director y protagonista (interpreta la voz del ´osito´) quiere ser irreverente, políticamente incorrecto, pero a la vez pretende gustar, ser sensible, conmover y conectar con la audiencia. Creo que en la película, estas dos posibilidades son contradictorias, el director deja ver claramente sus ganas de manipular con la representación de situaciones clichés que ya hemos visto infinidades de veces.
Si en la primera parte, las aventuras del Osito –de imagen dulce que contrasta con sus vicios y conducta beligerante- incluyen una serie de situaciones divertidas, en esta segunda entrega las circunstancias no producen tanta gracia. El encanto que generó, ver a un oso como cajero de supermercado, con novia y vida propia interrelacionándose con seres humanos como si fuese uno más, no surte igual efecto en ésta secuela porque no representa ninguna novedad.
Esta vez, el Osito es el completo protagonista de la historia, dejando un poco de lado a su amigo interpretado por Mark Wahlberg. Ted, quien contrae matrimonio con su novia y desea salvar su matrimonio conflictivo teniendo un niño, antes tiene que demostrar que es “una persona” y para ello comienza una lucha por sus “derechos”.
Esta premisa da a lugar a las circunstancias del film que pretenden ser cómicas y que básicamente se construyen en base a chistes con referencias a la cultura pop norteamericana, en especial la de los años 80´s, y circunstancias escatológicas, grotescas y un tanto absurdas.
A diferencia de la primera parte, donde los chistes son creativos e ingeniosos, además de vulgares e irreverentes, en esta segunda entrega, Seth MacFarlane escarba en su forma de hacer humor para repetirse o para maximizar las risas de los amantes de su fórmula ya presentada en la primera entrega de este film.
Destacan las actuaciones, divertidas y naturales de Amanda Seyfried, Mark Wahlberg, Morgan Freeman, el propio MacFarlane (genial haciendo la voz de Ted) y el resto del elenco.
Si te gusta Padre de Familia el famoso comic de MacFarlane y viste la primera parte de Ted no puedes perdértela, si eres conservador no podrás reírte ni de uno solo de los chistes.
DesdeLaPlaza.com / Luisa Ugueto
@luisauguetol