¿Has notado últimamente algún cambio en Instagram? No, no busques filtros nuevos porque, efectivamente, ha habido un importante cambio en Instagram, pero ninguno de sus más de 200 millones de usuarios se ha dado cuenta. Nuestras fotos ya no están en el mismo sitio que antes.
Era el paso que faltaba para culminar la operación de compra llevada a cabo por Facebook. Si la compañía de Zuckerberg anunció en abril de 2012 que se hacía con Instagram, poniendo sobre la mesa algo más de 700 millones de euros (1.000 millones de dólares), y meses después –tras el visto bueno de las autoridades- se hacía efectiva la adquisición, aún quedaba un importante paso que dar: Facebook no solo quería Instagram, quería también nuestros datos y tener todas nuestras imágenes a buen recaudo en sus propios servidores.
Hasta ahora, las imágenes que los usuarios de Instagram compartían en la popular red social iban a parar a los servidores de Amazon Web Services. No es de extrañar que la firma absorbida por Facebook tuviera todas nuestras fotos en la nube de la compañía de Jeff Bezos: por allí han pasado los contenidos de otras tecnológicas como Vine, LinkedIn o el sitio web de alquiler de viviendas Airbnb.
Así, si a finales de 2012 los trabajadores de Instagram hacían las maletas para instalarse en las oficinas de Facebook y los términos y condiciones de la plataforma se modificaban para adaptarse a una nueva etapa, en abril del pasado año el vicepresidente de ingeniería de los de Menlo Park, Jay Parikh, anunciaba que la compañía planeaba mover la plataforma fotográfica por excelencia a sus propios centros
Comenzaba entonces una migración titánica que Facebook bautizó como “Instagration”, para la que comenzaron trabajando ocho personas y que ha finalizado con la aportación final de 20 ingenieros.
Obviamente, no es la primera vez que los de Zuckerberg hacen algo así. Habiendo absorbido ya otras empresas anteriormente, para los ingenieros de Facebook mudar contenidos a sus ‘data center’ es algo relativamente habitual. Sin embargo, la mudanza de Instagram suponía un reto especial: había que realizarla sin desconectar el servicio. En vivo, en directo y sin que se notara.
Aunque Instagram sufrió un apagón de dos horas a mediados del pasado mes de abril, la compañía niega que la caída tuviera algo que ver con la migración de la información a los servidores de Facebook.
Ahora todo lo que publicas en Instagram va a parar directamente a las máquinas de Zuckerberg y compañía. Un cambio que, según el ingeniero Pedro Canahuti, empleado de esta última, permite que el servicio sea más eficiente. Según él, por cada tres servidores que ocupaba Instagram en la nube de Amazon, ahora ocupa solo uno.
Desde la Plaza/ El Diario / AMH