Luego de conquistar importantes escenarios en Zúrich (Suiza), Hamburgo (Alemania), París (Francia), Viena (Austria) y de protagonizar el debut del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela en Zagreb (Croacia) y en Budapest (Hungría), la Sinfónica Juvenil de Caracas se presentó por primera vez en Gotemburgo (Suecia), ciudad que le abrió las puertas a Gustavo Dudamel como director titular de una orquesta internacional.
En la fría y lluviosa Gotemburgo se sintió algo del calor caribeño. No sólo en la primera parte del concierto ofrecido este lunes, 17 de noviembre, en el Konserthuset, donde tocaron Sensemayá, de Silvestre Revueltas; donde hubo un Mediodía en el llano, gracias al ingenio musical de Antonio Estévez, y dónde se escucharon pinceladas de la fiesta de la Cruz de Mayo con la obra Santa Cruz de Pacairigua, de Evencio Castellanos -que se robó los aplausos de la audiencia-, sino en la tarde del domingo, cuando un cuarteto de la orquesta tocaba El Diablo Suelto, de Heraclio Fernández, Un heladero con clase, de Luis Laguna, Señor Jou, de Pablo Camacaro, entre otros temas del folklore venezolano.
La actuación del cuarteto, conformado por Brandon Sulbarán, Josué Omaña, Mario Capodicasa y Alirio Torrealba, abrió otro concierto con un matiz distinto: el educativo y motivador. Los 120 jóvenes venezolanos compartieron un día entero con 150 niños y jóvenes de varias escuelas de Suecia donde El Sistema ha llevado su modelo pedagógico a 23 ciudades y que pretende llegar próximamente a 5000 niños y jóvenes.
El Sistema Nacional de Orquestas y Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela, cuyo órgano rector es la Fundación Musical Simón Bolívar, adscrita al Despacho de Poder Popular de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, continúa realizando esfuerzos por ofrecer oportunidades de desarrollo a la infancia y juventud del país y de naciones de todos los continentes.
Desde La Plaza/NP/NCH