“No me hablen de carteles ni de los sopranos, la mafia más grande vive en el Vaticano, con el truco de la fe se cogen a la gente, se cogen a cualquiera que piense diferente”… Calma pueblo, Calle 13.
Eso dice Calle 13 de la religión. Pero no sólo “dispara” contra la fe, sino contra todas las instituciones. Por eso su música ha sido censurada y genera polémica. Sin embargo, en Colombia, adicional a esto también ha sido motivo de polémica política. Primero fue en 2009 cuando un exalcalde de Manizales vetó al grupo por criticar al expresidente Álvaro Uribe. Ahora, en Bogotá, por cuenta de un choque entre un grupo de concejales cristianos y el gerente del Canal Capital.
La agrupación se presentará el próximo miércoles en el Concierto de la Esperanza, que será gratuito para los bogotanos. La contratación del evento correrá por cuenta del Canal Capital (que es del Distrito), la cual gastó $1.360 millones en su organización. Esto no fue bien visto por algunos concejales, quienes lo consideraron como un despilfarro, ya que el canal tiene un déficit de $40.000 millones. Además, criticaron que en Bogotá le van a pagar al grupo $700 millones, cuando en otras ciudades ha cobrado sólo $160 millones.
Sin embargo, más allá de la protección del patrimonio público, también hay cuestiones más subjetivas que han incrementado el debate. La concejal Clara Sandoval Sandoval declaró que también estaba en contra del concierto, porque Calle 13 usaba un lenguaje inapropiado contra la mujer. Como antecedente destacó que en República Dominicana vetaron nueve de sus canciones por atentar contra la moral y la familia, por denigrar a la mujer y por incitar a la violencia y las drogas.
Hollman Morris, gerente del Canal Capital, reconoció que el concierto cuesta $1.360 millones, aunque dijo que más que un gasto, era una inversión. “Más allá del precio, lo que hay detrás es todo un debate con un alto contenido religioso y de intolerancia contra un grupo musical. No podemos desconocer que este debate está contaminado de fanatismo y de homofobia”, dijo.
Desde la Plaza/ El Espectador / AMH