«Marcello, ven aquí». Una sola frase le bastó a Anita Ekberg para meterse en la historia del cine. Ese «Marcello» era Marcello Mastroiani y las palabras fueron dichas desde la Fontana di Trevi en una escena sublime de La dolce vita, de Federico Fellini. Ekberg, musa del cineasta, murió hoy en Roma a los 83 años.
Según medios locales, la actriz falleció a las 6.30 en la clínica San Raffaele di Rocca di Papa, en la zona de Castelli Romani, unos 30 kilómetros al sur de la capital italiana.
Sueca de nacimiento, Ekberg vivía desde hacía años en Genzano, una villa en de la localidad romana de Montegiove. Su nombre real era Kerstin Anita Marianne Ekberg y había nacido en la ciudad sueca de Malmo el 29 de septiembre de 1931, en el seno de una familia numerosa compuesta por otros siete hermanos.
Con sus curvas exuberantes y su pelo rubio, se convirtió en Miss Suecia a los 19 años, en 1950. Luego se trasladó a Estados Unidos donde participó en el certamen de Miss Universo, que no ganó.
No obstante esta cita le abrió las puertas de la meca del cine, Hollywood, donde sin embargo solo interpretó papeles menores.
Sería Federico Fellini, en 1960, el encargado de convertirla en un ícono de sensualidad con su papel como Silvia en la película La dolce vita, considerada una de las obras maestras del neorrealismo italiano y una pieza fundamental en la historia del cine.
Desde la Plaza/El Clarin/AMH