Ayer en Argentina fue asesinada en su departamento Diana Sacayán un transexual y activista líder de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays y Bixesuales (ILGA) y dirigente del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL).
Sacayán había sufrido dos agresiones que llegó a denunciar. En 2012 recibió su DNI (documento de indentidad), de la mano de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Defendió su identidad de género autopercibida como mujer transexual.
En nuestro país también se han registrado varios asesinatos de personas pertenecientes a la comunidad LGTBI, entre los más sonados se encuentran:
La del subsecretario de la Conferencia Episcopal Venezolana, Jorge Piñango (2006), quien fue asesinado en un hotel en el centro de Caracas por un joven. Este caso creó mucha polémica ya que se trataba de un cura.
También la del famoso periodista de RCTV Javier García, hallado muerto en su residencia ubicada en Colinas de Bello Monte en 2008, con varias puñaladas en el pecho y la pierna. Su homicida Isaac Oberto Molleda Zárraga se dedicaba a la prostitución y mantenía una relación desde hace meses con la víctima.
Giniveth Soto, psicóloga de 32 años, era una activista de los derechos de la comunidad Lgbti (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales), casada en Argentina en junio de 2013 con Midgelis Miranda y con quien tuvo un hijo por medio de la inseminación artificial; en el 2014 fue asesinada al recibir un disparo en la cabeza cuando se resistió al robo de su vehículo.
Soto era sobrina del diputado del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Fernando Soto Rojas.
DesdeLaPlaza.com/InfoNews/KM