El entretenimiento es una de las áreas que se ven afectadas en las épocas de crisis, sin embargo, en Venezuela no podría asegurar que la crisis económica tenga una relación directa con la reducida oferta cinematográfica que existe en el país desde tiempos inmemoriales.
La verdad no sé si tiene que ver con los gustos de la mayoría, pero aunque hay diversas salas de cine, la variedad en la cartelera nunca ha sido una prioridad para quienes comercian películas en nuestro país.
Supongo que todo tiene que ver con que el cine es –además de un arte- un negocio y la cartelera es un reflejo de lo que la gente quiere ver. Mientras más cintas que funcionen bien en taquilla se exhiban, mucho más dinero ganaran los dueños de los cines. Eso es así y no lo juzgo negativamente, es natural desear tener ingresos si eres dueño de un negocio. Tal vez por ello, en general, las películas más populares o aquellas que han sido producidas para el disfrute del gran público saturan las salas de cine en todo el país donde se repite sin parar la misma oferta.
Cuando estrenaron, por ejemplo, “Rápido y furioso”, vimos cómo las salas de cine repitieron una y otra vez la misma película: subtitulada, en español, en 3D, etc. Igual sucede con cintas como “Transformers”, algunas Disney u otras consideradas taquilleras. Por el contrario, hay otras películas (generalmente cine español, latinoamericano, independiente o europeo) que, o no llegan a estrenarse nunca en el país, o se estrenan a destiempo o de forma limitada en una o dos salas.
No tengo nada en contra de las cintas “comerciales” como ya lo comenté en un artículo anterior (Cine Comercial Vs Cine de autor) creo que el buen cine nada tiene que ver con las etiquetas, y por lo mismo me parece que la cartelera debería ser más variada.
Quienes adquieren o negocian las películas que se exhibirán en el país, presumen de antemano que la población desea ver una clase de cine en detrimento de otro tipo de producciones. De no ser por los festivales de cine español, italiano, francés y afines, la cartelera nacional presentaría mucho menos variedad.
Sería bueno que para armar la cartelera cinematográfica nacional, se tomarán en cuenta producciones independientes, cine latinoamericano, europeo, etc.
Más allá del auge de las producciones nacionales, la cartelera venezolana no presenta una gran variedad, por eso se hace necesario buscar medios alternos para poder crear una cultura cinematográfica amplia y extensa que beneficie el espíritu y amplíe nuestro mundo de ideas.
¿A qué se debe que la oferta cinematográfica venezolana sea tan reducida? Inequívocamente me inclino a pensar a que tiene que ver con el público, con los espectadores y sus necesidades. Pero también con la visión sesgada de aquellos que creen que sólo una clase de películas pueden generar dividendos.
@luisauguetol
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