Existe una gran diferencia entre lo que decimos y lo que hacemos, que el mundo se esconde detrás de un sinfín de fachadas y lugares comunes no es un descubrimiento novedoso ni una verdad revelada. Todos tenemos nuestros pequeños secretos, deseos insatisfechos, pasiones ocultas que si se nos presenta la oportunidad no dudaremos en llevarlos a cabo.
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Nadie rechaza la pizza si se la llevan hasta la puerta de su casa ¿o si? No creo que el director de esta cinta, Eli Roth (Hostal 2005), ni su guionista, el chileno Nicolás López, sean moralistas y pretendan “dar un mensaje” en esta película sobre lo que puede suceder cuando dejamos de reprimir un deseo. Realmente no creo que Roth y López sean tipos conservadores, al menos no lo parecen, a pesar de algunas interpretaciones que se pueden hacer de este film intenso, divertido y lleno de humor negro que te pone a pensar antes, durante y después de que finaliza.
La película protagonizada por Keanu Reeves, Lorenza Izzo y Ana de Armas, todos impecables en sus interpretaciones, narra la historia de un hombre común, que como todo tipo común vive “tranquilo” mientras puede o lo que es lo mismo, mientras no tiene “tentaciones” rodeándolo. Creo que todos recordamos como a Dan Gallagher (Michael Douglas) le vino muy bien su affaire de fin de semana con Alex Forest (Glenn Close) en la cinta de los ochenta Atracción Fatal (1987) a pesar de ser “felizmente casado”.
El gusto le duró poco, ya conocen la historia de esa película, lo que quiero decir es que el viejo tópico de que todos los hombres aceptan sexo, si creen que no les acarreará un problema, es un cliché basado en la realidad y por ello quizás vuelve en forma de pesadilla en esta cinta que logra paralizarte en el asiento.
Por más que se venda sexo las 24 horas del día en todos los medios posibles –o tal vez precisamente por eso- lo que hacemos sin ropa sigue siendo un tabú dentro de la sociedad y la monogamia una obligación autoimpuesta (aunque puede ser una elección sincera en algunos casos) detrás de la que se esconden un sinnúmero de mentiras y circunstancias que de seguro no publicarías en Facebook. Esto precisamente es lo que verás en esta película que acaba de estrenarse en Venezuela.
Recordando lejanamente a la muy inteligente Hard Candy (2005) de David Slade, este film cumple su cometido: mantenerte inmerso en la historia todo lo que dura la cinta, esperando por el desenlace. No sabría decir si la película es una comedia, una cinta de terror o un drama, creo que más bien es un thriller que se alimenta de muchos géneros para funcionar y que se aleja de las obviedades a la vez que hace uso de ellas para comunicar y como diría Alberto Fuguet “conectar” con el público.
Políticamente incorrecta, atrevida, delirante, un placer para los amantes de las emociones fuertes. Abstenerse puritanos y almas fácilmente impresionables.
DesdeLAPlaza.com / Luisa Ugueto
@luisauguetol