El simpático actor argentino Guillermo Francella muestra su peor rostro en “El Clan” la nueva película del director argentino Pablo Trapero actualmente en cartelera.
En un mundo que concede especial importancia a las apariencias, y es común encontrarse con la doble moral y la hipocresía porque es mucho mejor “parecer” que “ser”, no es muy difícil sorprenderse con una historia como la que nos plantea esta cinta, basada en personas reales y en hechos reales acaecidos en la argentina de los años ochenta.
Nadie sabe lo que guardan los otros debajo de la alfombra, ni detrás de las puertas de sus casas, en el caso de los Puccio, una familia clase media argentina, guardaban a las victimas de los secuestros que perpetraban y a los que luego asesinaban a pesar de haber cobrado el dinero del rescate.
Pablo Trapero (Carancho, Elefante blanco) pone en marcha desde la primera escena un relato, que a pesar de que conocemos su desenlace –por ser una historia real- engancha y genera emociones contradictorias. Aunque “El Clan” relata la vida de esta familia, se enfoca fundamentalmente en la relación padre e hijo: Arquímedes Puccio (Guillermo Francella) y Alejandro Puccio (Peter Lanzani) quienes viven en un constante duelo.
El patriarca usa la “lealtad” familiar como excusa para dar rienda suelta a lo peor de la condición humana. Como la más representativa estirpe de mafiosos, los Corleone (sin la simpatía que éstos generan) los Puccio hacen todo “por amor a la familia” y para no quebrantar el bienestar económico que necesitan en una época un tanto difícil en la Argentina. Con una muy buena ambientación, colmada de detalles, se recrea en la cinta la época en que los Puccio cometieron sus crímenes, los últimos años de la dictadura militar y el inicio del gobierno de Raúl Alfonsín.
Alejandro, un chico lleno de expectativas y con una vida por delante, en el film juega un doble rol, es la victima de su padre y el victimario de sus amistades a las que lleva como corderos a degollar, porque es precisamente él quien hace de enlace entre las victimas y las crueles manos de su progenitor.
El resto de la familia se encarga de rodear, casi como el decorado, el relato principal,la historia de como un padre puede hundir a su hijo o como a veces resulta ser verdad eso que dicen los psicólogos: la mayoría de los males (taras, enfermedades mentales, hábitos dañinos) son una herencia familiar con la que hay que romper sino quieres malograr tu vida.
Los buenos actores se mimetizan tanto que no llegas a reconocerlos, precisamente esto sucede con Francella, célebre por las comedias y los dramas en los que ha participado (“Rudo y Cursi”, “El secreto de sus ojos”, “Corazón de León”, “El misterio de la felicidad”) quien en esta cinta deja una de sus interpretaciones más aborrecibles por convincente.
El verdadero terror nos rodea en la vida real quizás porque la maldad humana no tiene nunca una explicación.
La cinta es un pequeño viaje al infierno cotidiano de una familia “muy normal”. Aquí su tráiler:
DesdeLaPlaza.com /Luisa Ugueto