E.T., el pequeño extraterrestre que se separa de su familia mientras visita la Tierra y sueña con volver a casa es, sin lugar a dudas, uno de los personajes que más ha marcado la infancia de varias generaciones. Sin embargo, muy pocos conocen que esta tierna historia de amistad y lealtad estuvo a punto de ser una auténtica aventura de terror, protagonizada por un grupo de inquietantes alienígenas que pretendían conquistar el planeta.
La posibilidad de que «E.T., el Extraterrestre» hubiese sido una historia de terror estuvo tan cerca de ser real que, tal y como cuenta el blog «Alucine», Steven Spielberg encargó al conocido especialista en efectos especiales Rick Baker el diseño de los personajes de la película, que iba a titularse «Night Skies». Este se puso manos a la obra y creó varios bocetos que jamás vieron la luz. Hasta ahora, ya que el artista ha publicado fotos de algunos de estos alienígenas en su cuenta de Twitter.
El motivo de que estas extrañas criaturas jamás llegaran a aparecer en el cine se debe a que Spielberg no estaba muy ilusionado con el proyecto, que había sido desarrollado por Columbia Pictures en 1980 para aprovechar el éxito que el director había cosechado un par de años antes con «Encuentros en la Tercera Fase». En aquel momento, se encontraba rodando la primera película de la saga Indiana Jones y pidió consejo a Melissa Mathison, por aquel entonces novia de Harrison Ford.
Al leer el guión, Mathison se quedó prendada de una subtrama en la que un extraterrestre bueno entablaba relación con el hijo de la familia protagonista y decidió desarrollar esa historia en un guión independiente. Steven Spielberg se mostró encantado con el resultado, por lo que descartó rodar «Night Skie»» y se lanzó a la producción de «E.T.».
Para crear al protagonista de la historia, recurrió al italiano Carlo Rambaldi, que tuvo el buen criterio de aprovechar parte de los bocetos de Baker para, partiendo de unas criaturas de aspecto feroz, crear a un tierno extraterrestre obsesionado con volver a casa, que en los últimos treinta años ha robado el corazón a millones de niños y, por qué no reconocerlo, adultos en todo el mundo.
Desde la Plaza/ABC/AMH