Sam Lutfi es un manager de artistas, famoso por estar detrás de la famosa cantante Briney Spears en en el año 2006, precisamente cuando la artista sufrió una crisis nerviosa que terminó en el rapado de su cabello. Según varios rumores, Lutfi tomó el control de la vida de Spears, medicándola con sustancias dañinas y haciendo tratos contraproducentes con los paparazzi.
En ese año, Sam se convirtió en el vocero de Britney y se autonombró su “manager”. Meses después, Britney fue internada en un hospital psiquiátrico, perdió la custodia de sus dos hijos y su padre se convirtió en su tutor y representante legal.
A partir de allí, Lutfi se enfrentó a una batalla legal con los padres de Briney, quienes obtuvieron dos órdenes de restricción contra el hombre, a quien señalaron como el responsable de la decadente salud mental de su hija. En la demanda contra Lutfi, la madre de Spears declaró que Sam “se mudó al hogar de Britney y tomó el control de su vida, su casa y sus finanzas”.
Ahora, Sam está involucrado en otro escándalo: el de Amanda Bynes. El viernes pasado, momentos antes de ser detenida y enviada a un hospital psiquiátrico, Bynes escribió el siguiente mensaje en su cuenta de Twitter: “Eres como un hermano para mí, Sam Lutfi. En serio. Gracias, amor”.
De acuerdo con varios reportes, Lutfi había prometido ayudar a Amanda a demandar a sus padres. Para hacerlo, la convenció de viajar a Los Ángeles. Cuando la actriz llegó al aeropuerto, fue recibida por los abogados de sus papás y por los representantes legales de Lutfi, quienes la llevaron a un hospital psiquiátrico.
Lutfi publicó una declaración a través de Perezhilton.com, donde declaró: “[Amanda] está en buenas manos. Muchas gracias a todas las personas que nos ayudaron”. Según declaró una fuente al sitio RadarOnline.com, el padre de Amanda pidió ayuda a Lutfi, pues confía en él. Pero esa misma fuente opina que las relaciones de Lutfi con famosas ‘vulnerables’ es “sospechosa”.
Actualmente, Lutfi es el manager de la cantante Courtney Love.
Desde La Plaza/Perú21/NCH