El cineasta estadounidense Andy Wachowski, de 48 años, siguió los pasos de su «hermana» Lana (50), responsable de la película Matrix, al comunicar su cambio de sexo, después de que algunos medios amenazaran con contar su historia. Andy, ahora Lilly, declaró: «Así que sí, soy transexual».
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“En respuesta a esta amenaza de sacarme del armario en contra de mi voluntad, preparé una declaración que contiene una parte de orina, una de vinagre y doce de gasolina”, define Lilly Wachowski, su comunicado con el que ha avivado el debate sobre el derecho de los medios a revelar la identidad sexual de los famosos aunque ellos no quieran hacerlo.
La cineasta explica que ha tomado la decisión después de haber recibido dos avisos de varios medios que iban a publicar la historia de su cambio de sexo a no ser que les concediera una entrevista contándolo.
El escrito viene encabezado en mayúsculas con esta frase: ‘Impactante cambio de sexo: los hermanos Wachowski ahora son hermanas’, y justo después Lilly explica que ha estado esperando ese titular “con temor y exasperación” durante el último año.
En el comunicado finalmente se muestra optimista y “feliz de poder atribuirme este avance”, ya que aunque se ha visto obligada a exponer su transición de género antes de tiempo, lo ha hecho sin ceder al chantaje.
La noticia —explica— casi salió un par de veces. Cada una de ellas, precedida de un «siniestro» correo electrónico de su agente diciéndole que los reporteros querían declaraciones respecto a la «transición de género de Andy Wachowski», una historia —señala— que estaban a punto de divulgar. En respuesta a esta amenaza de publicación en contra de su voluntad, preparó su declaración.
Para ello ha elegido el semanario Windy City Times, donde el cineasta explica que cuenta con el apoyo de su familia, especialmente de su esposa desde hace casi 25 años, Alicia Blasingame, y sus amigos, y da sobre todo las gracias a su «fantástica» hermana que dio el paso antes que él.
La menor de las Wachowski, coautora de éxitos como Matrix o V de Vendetta, cuenta que tanto ella como su hermana Lana, también transgénero y con la que formaba la pareja de directores conocida como los hermanos Wachowski, siempre han intentado evitar a la prensa.
“Encuentro una experiencia mortificante hablar de mí misma. Sabía que en algún momento iba a tener que salir del armario públicamente, ya que es algo difícil de ocultar. Solo necesitaba tiempo para poner mi cabeza en su sitio y sentirme cómoda”, explica Wachowski.
Reconoce, sin embargo, que para él las palabras «transgénero» y «transición» son difíciles y señala que la transición continuará durante toda su vida. «Ahora la teoría de género y la teoría queer dañan a mi pequeño cerebro», escribe el cineasta, quien señala que se trata de una lucha por la comprensión de su propia identidad.
«Ser transgénero no es fácil. Vivimos en un mundo binario de género… Esto significa que cuando eres transgénero tienes que enfrentarte a la dura realidad de vivir el resto de tu vida en un mundo que es abiertamente hostil», señala el testimonio de Wachowski. concluye: “Continuaré siendo optimista y cargando a mi espalda la lucha por el progreso, y en mi propia persona, siendo un ejemplo de que otro mundo es posible”.
El grupo activista GLAAD se mostró «encantado» de que Andy Wachowski, ahora Lilly, haya sido capaz de mostrar su verdadera identidad pero destaca que «no debería haber sido forzada a revelarla antes de estar preparada para hacerlo», dijo Nick Adams, director de Programas para Transgénero de medios de GLAAD.
«Los periodistas deben aprender que (una filtración) es inaceptable para un transexual, de la misma manera que es inaceptable para una persona que es gay, lesbiana o bisexual», añadió Adams.
Aquí la imagen del cambio de las «Hermanas Wachowski»:
DesdeLaPlaza.com/ElPaís/KM