Diosas del rock (en español y III)

Ya terminó marzo, pero no puedo abandonar esta serie dedicada al papel de las mujeres dentro de este apasionante género como es el rock, sin hablar por supuesto de las diosas del rock que cantan en nuestro idioma. Desde las pioneras hasta las que siguen llevando su energía al escenario hoy en día, las mujeres han aportado esencia y pasión al rock en español. Y todos, en algún momento, hemos oído estas poderosas voces latinas.

La Guzmán, la poderosa mexicana

Si hay una voz que realmente encarne a lo más puro del rock, es la de la mexicana Alejandra Guzmán. No es accidente pues lo lleva en sus genes: heredera del famoso rockero Enrique Guzmán, su voz rasposa y expresiva no deja duda de su emotividad.

Sin embargo, no le fue fácil abrirse camino dentro del género, pues sus padres le tenían muy controlada su vida y no querían que abandonara sus estudios por una carrera artística. Pero La Guzmán se ganó su apodo a punta de esfuerzo y, luego de su primer disco, Bye mamá (1988), empezó a ser reconocida en su país natal y más allá de sus fronteras.

Celeste Carballo, Argentina en las venas

“No me aguanto a las personas que me apuran para caminar si la calle es tan angosta y para todos no hay lugar”, reza la primera estrofa de «Me vuelvo cada día más loca», una gran declaración rockera con la que se estrenó Celeste Carballo en 1982. Con este disco homónimo Carballo se convirtió en leyenda a partir de ese momento y es una de las voces femeninas más querida del sur.

Versátil y amplia, Carballo fue desde el rock and roll más puro hasta el blues más nostálgico. Ha compartido escena con grandes como Bob Dylan y Carlos Santana.

Ely Guerra, finura regiomontana

Una importante generación de rockeros mexicanos se dio a conocer en los años 90. Oriunda de Monterrey, Ely Guerra fue integrante de esa cohorte de talento donde figuraron también importantes voces femeninas.

De carácter más introspectivo y suave, “la Guerra” con su fina pero penetrante voz marcó un camino dentro del rock en español que muchas cantautoras latinoamericanas siguieron.

Julieta Venegas, acordeón y rock and roll

Una de las voces mexicanas más famosas hoy en día. Pero en 1997 irrumpió en la escena con un sonido poco común en el rock: el acordeón. Con su primer sencillo “De mis pasos” se volvió casi automáticamente un referente del rock femenino en los 90 y traspasó fronteras.

Su música ha cambiado mucho con el paso del tiempo, de hecho hasta ha paseado por otros géneros como la música electrónico, el hip hop y con más frecuencia, el pop. Pero Venegas sin duda es una de las grandes rockeras de este continente. Tres curiosidades de ella: tiene una hermana gemela, es la única música entre 11 hermanos y no es mexicana de nacimiento, pues llegó a este mundo en Long Beach, California.

Nana Cadavieco, criolla y rockera

Otra rockera que tiene la música corriendo por sus venas de nacimiento. Esta caraqueña es la hermana de Rafael Cadavieco, ex baterista de Zapato 3. Pero por supuesto que ese no es su mérito, sino haberse adentrado en lo más crudo y puro del género con su primero disco Exposé, en 2009.

Andrea Echeverri, florecita rockera

¿Y cómo dejar pasar a la siempre presente Andrea Echeverri? La líder de los Aterciopelados, con su voz, su carácter y sus letras llevó a esta banda a ser uno de los referentes del rock en español en todo el mundo en la década de los 90.

Esta bogotana, como en el caso de Julieta Venegas, ha visto evolucionar tremendamente su música desde sus inicios en 1993. De un rock directo, pasó a ritmos más lentos y letras más reflexivas en sus primeros discos solistas, hasta llegar a una faceta más contestataria en su última producción “Ruiseñora”, donde rescata los valores de las luchas de los pueblos latinoamericanos por su emancipación.

Rita Guerrero, luchadora zapatista

Ya hace 5 años que Rita Guerrero se mudó a otro plano, producto de un cáncer de mama. Pero hasta ese momento marcó indeleblemente el camino que transitó. Multifacética, fue actriz, cantante, docente y luchadora social. Recordada como la líder de la icónica banda Santa Sabina, se convirtió en una poderosa fuerza artística en los años 90.

En una cruda mezcla de rock, gótico, progresivo y jazz, su principal valor es que nunca abandonaron su esencia para entregarse a los intereses de la industria discográfica. Además de ello, prestaron su música para apoyar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y hasta se unieron a colectivos musicales que ayudaban a repartir comidas en comunidades indígenas. El rock extraña y celebra el firme talento de Rita Guerrero.

DesdeLaPlaza.com/Simón Herrera