La Organización Mundial de la Salud declaró que “la civilización del ruido atenta contra la salud”
La OMS apunta recordar que si bien la acústica es un tipo de contaminación que no se acumula ni traslada, repercuta muy fuertemente en la calidad de vida y por ende en la salud de las personas. De no controlarse de manera adecuada el ruido es uno de los problemas más extendidos y en aumento, y muchas veces ni siquiera las legislaciones de los países con capaces de atender el fenómeno de manera debida.
Las alteraciones en el oído (casos de vértigo, pérdida de equilibrio, etc.) las alteraciones fisiológicas (del aparato circulatorio, digestivo, respiratorio y endocrino), así como las alteraciones psicopatológicas (del sueño, de memoria, etc.) están entre los problemas más importantes del fenómeno, producto casi en su totalidad de la actividad humana.
Para los especialistas, la contaminación acústica es la segunda más importante que afecta a las personas, detrás de la polución atmosférica. Recuerda en esa línea que el límite máximo deseable de ruido es de 70 decibelios y remarca lo conveniente de conocer las medias del mundo que nos rodea.
Conoce los decibelios de los ruidos que afrontamos día a día:
0 – 10 dB: sonido de respiración tranquila.
10 – 20 dB: sonido tranquilo de los árboles.
30 – 40 dB: cuando hablamos en voz baja.
40 – 50 dB: la misma conversación, pero en voz alta.
50 – 60 dB: El bullicio de la gente en el colectivo.
65 dB: Límite entre el sonido aceptable y los ruidos.
70 – 80 dB: Ruido de un electrodoméstico, un ferrocarril, etc.
80 – 90 dB: El ruido del tráfico de una ciudad.
90 – 100 dB: Un taladro, arranca un autobús, etc.
100 – 110 dB: A pleno en la discoteca.
110 – 120 dB: Junto a un motor de aviación mientras está en tierra.
120 – 130 dB: Un avión al despegar o al aterrizar.
130 – 140 dB: Umbral de dolor acústico.
DesdeLaPlaza.com / Intransigente / JT