Si quieres proteger tu Wi-Fi y hacerlo más seguro aquí te traemos diez consejos que debes seguir para lograrlo:
1. Configura una contraseña robusta
Es casi de cajón. 12345678 no es una contraseña segura y es casi la primera que probaremos cuando algo nos solicite una contraseña.
2. Cambia la contraseña cada cierto tiempo
Además, mantener siempre la misma contraseña es peligroso, dado que perfectamente podemos tener un vecino que nos ha escuchado decirla en alto y la ha anotado, no viene mal que la cambiemos de vez en cuando (pocos meses), a pesar del fastidio que supone (hay que volver a configurar todos los equipos que se conectan a la red). Así, si por azares del destino alguien la ha conseguido, acabará perdiendo acceso a nuestra red.
3. Utiliza un cifrado fuerte
Es importante porque no queremos que nadie se conecte a nuestra red y tampoco queremos que nadie escuche nuestras comunicaciones. A la hora de elegir un cifrado para nuestro Wi-Fi, WEP mejor que nada, WPA mejor que WEP, y WPA2 mejor que cualquier cosa. Y AES mejor que TKIP.
4. Modifica el SSID de tu red
El nombre de nuestra red, cuando aparece generado automáticamente, es un punto débil en la seguridad de la red, dado que existen calculadoras de dominio público capaces de generar diccionarios con posibles contraseñas para nuestra red, o incluso de obtener la contraseña final. La potencia de hardware de hoy hace posible un ataque por fuerza bruta, utilizando un diccionario de un par de megas. Por ello, siempre que podamos, cambiemos el nombre de nuestra red Wi-Fi.
5. Oculta el SSID de tu red
Si cambiaste el nombre pero quieres añadir un paso más, puedes ocultarlo completamente. De ese modo será necesario conocer el nombre para poder conectarnos a la red. Esto no protege nuestras comunicaciones, dado que alguien malintencionado puede seguir escuchando y captando nuestros paquetes.
6. Desactiva DHCP
DHCP es un protocolo utilizado por los equipos de una red para configurarse automáticamente cuando consiguen conectarse. De este modo, cuando nos conectamos a una red Wi-Fi, es DHCP quien se encarga de decirnos las DNS, la máscara de subred, la puerta de enlace y nuestra propia IP. Desactivar DHCP puede ser contraproducente en redes en las que hay mucho movimiento de equipos. Pero si no es el caso y estamos dispuestos a configurar manualmente nuestros ordenadores para que tengan una IP fija, puede ser interesante.
7. Activa el filtrado por MAC
El filtrado MAC es una característica de la inmensa mayoría de routers que permite que el administrador de la red defina listas negras y blancas, de manera que definamos quién puede conectarse y quién no. Lo interesante, desde luego, es definir una lista blanca con las direcciones MAC de nuestros móviles, tabletas y ordenadores, de manera que sólo nuestros equipos puedan conectarse.
Es posible falsificar una dirección MAC, todo hay que decirlo. Por ello este método no es eficaz cuando lo usamos en solitario.
8. Cambia la contraseña de acceso al router
Imaginemos que alguien ha tenido acceso a nuestro router, y ahora quiere echarnos de nuestra propia red. Si no hemos cambiado la contraseña de acceso al panel de administración web de nuestro router, probablemente algo como “admin” / “admin” le sirva.
Cambiar la contraseña de acceso es fundamental para que nadie que no sea administrador de la red pueda modificar su configuración.
9. ¿Tu router es capaz de emitir dos señales? Actívalo
Si disponemos de un router capaz de emitir dos señales, puede ser conveniente activar una segunda con otra configuración separada, sobre todo pensando en invitados que podamos tener en casa. De ese modo se podrán conectar a internet pero, no tendrán acceso a las comunicaciones de nuestra red, dado que físicamente estará conectado a otra red.
10. No dejes el router encendido permanentemente
Un método básico para proteger nuestra red es encender y apagar el router en función de cuándo lo estemos utilizando.
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