Chabelo dice adiós a la televisión mexicana

Antes de que el hombre llegara a la Luna, Chabelo ya estaba ahí. Con su voz aflautada y su sonrisa extraña, casi rota. Cada semana tenía su espacio en la omnipresente Televisa. Podían caer imperios, sucederse festivales de la OTI o simplemente desaparecer generaciones enteras de hippies que Chabelo y su sonrisa de dientes pequeños seguían ahí, frente al televisor, en esa hora matinal del domingo en que el fin de semana aún tiene vida por delante.

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Aquel era el momento de En familia con Chabelo, el programa-concurso infantil que lleva en antena desde el 6 de diciembre de 1968 y que este domingo toca su fin.

Ninguna causa clara ha sido dada para su salida. Pero todas son válidas. El actor-presentador-animador tiene ya 80 años y sus audiencias posiblemente se han marchitado con él. La fórmula, simple y directa, un concurso con premios y sonrisas, no despierta pasiones. Más bien lo contrario. Verle con pantalones de peto y sacando la lengua como un niño de 12 años se ha quedado tan anticuado como la porcelana encima del televisor.

Así vista, su marcha deviene natural. Pese a ser un personaje querido, amado con ese amor rosa-pomelo que se profesa a ciertos comediantes y payasos, nadie ha llorado públicamente el fin del concurso. Ni él mismo.Su vídeo de despedida es una loa a sus patrocinadores y al fundador de Televisa,acompañada de unos saludos mínimos a loscuatitosycuatitas,y una frase con algo de sentido: “Todo en la vida tiene un ciclo, un principio y un final».

Ese final le espera este domingo, pero no el olvido.

En el mundo de los récords, el concurso tendrá un lugar destacado por mucho tiempo. Son 48 años en el aire y 2.400 emisiones sin apenas interrupciones. El programa infantil más longevo del mundo. Una marca difícil de batir. Pero más allá de la guinessmanía, Xavier López Rodríguez, nacido en Chicago el 17 de febrero de 1935, permanecerá en la retina de millones de mexicanos como el recuerdo de un pretérito imperfecto. Como una expresión, simpática e inofensiva, que tuvo su época. Anterior al wifi, a la derrota del imperio soviético y a la Coca-Cola light.

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