El 8 de diciembre de 1980, cinco disparos de revólver hicieron estruendo en la noche de Nueva York y repercutieron por todo el mundo. Su eco todavía se escucha 36 años después.
Un aniversario más del asesinato de John Lennon, a manos de un desequilibrado. Precisamente es la falta de motivos para su muerte lo que más ha torturado a su amigo y compañero en The Beatles, Paul McCartney.
Este concedió hace un par de días una entrevista en el programa de la televisión británica «The Jonathan Ross Show». En él, sin poder contener la emoción, narró como recibió la noticia del crimen y el shock que supuso saber que su asesino, David Chapman, no era más que «el tonto de todos los tontos».
Precisamente esa falta de motivación, que ni siquiera fuese un asunto político sino del puro azar de una mente perturbada, fue lo que torturó durante años a McCartney.
El músico británico, explicó también que la mayoría de las discusiones que mantuvo con Lennon en la época de The Beatles era simplemente por el modo de llevar «el negocio». Declaró que ambos se habían vuelto ya muy malos en ese sentido y se declara afortunado de haber zanjado todas sus diferencias con Lennon aún vivo.
Ambos, superadas todas esas riñas y broncas, se llamaban como se llaman los buenos amigos, para compartir recetas o para charlar sobre asuntos de la vida cotidiana, como sus recientes paternidades.
The Beatles, que todavía es considerado como el grupo más influyente de la historia, se separó en 1970, cuando las relaciones entre los miembros ya eran irrespirables.
Desde la Plaza/ShowBuitz/AMH