Para el venezolano de hoy en día, abastecer su hogar con los productos básicos se ha transformado en una tarea cada vez más engorrosa. La situación, que no parece mejorar en un futuro a corto plazo, lo ha empujado a utilizar una estrategia tan inusual como efectiva en estos tiempos como es la comunicación 2.0
Las redes sociales se han convertido en un paraíso para quienes desean conseguir la anhelada harina, leche, pañales y otros productos, que se han transformado en una bendición para quienes los tienen en los estantes de sus hogares hoy en día.
Ahora la modalidad ha cambiado, y con ella también las intenciones de algunos, quienes desean sacar provecho económico de la necesidad y otros que simplemente desean tratar de ayudarse intercambiándose los artículos entre ellos.
¿Delito 2.0 ?
El artículo 62 de la Ley de Precios Justos -aprobada en el año 2012- prohíbe la comercialización de estos rubros mediante la venta informal. Pero esto no parece detener a algunos usuarios en las redes.
A principios de año, La Superintendencia de Precios Justos (Sundde) alertó sobre “una nueva modalidad de contrabando” en referencia al llamado “bachaqueo 2.0″, ejecutado por ciudadanos que compran productos regulados como artículos de higiene y alimentos, para luego venderlos en las redes sociales.
Tras esta advertencia, se esperaba una reducción del uso de este medio, sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario desde entonces. Twitter, Facebook e Instagram, por citar tres de las redes más usadas, han sido herramientas extremadamente útiles para comercializar este delito.
Grupos de Facebook como Todo Cambio y Ventas, Cambio Pañales por artículos regulados y Venta, Truque de pañales y leche, son algunos de los ejemplos que se pueden apreciar al momento de buscar el “bachaquero de su preferencia” en la popular red social.
La SUNDEE afirmó, además, que “los productos que se revenden en las redes sociales son obtenidos a través de mafias internas” que operan en las cadenas de supermercados y automercados, quienes compran a precio regulado y luego venden con sobreprecio.
Con esto el gobierno intenta persuadir a las personas de que, independientemente que vendan o cambien sus productos por otros, dejen a un lado la comunicación 2.0 para el comercio de los rubros regulados.
Trueque: modo de supervivencia
Pese a que el uso de las redes sociales es predominado por individuos que buscan obtener grandes sumas de dinero inflando los precios de los artículos regulados, otro grupo de ciudadanos se ha abierto espacio en los medios digitales para ayudarse entre sí mediante el modo “trueque” entre los productos desaparecidos en los anaqueles.
Entre algunas de las “reglas” que establecen estos grupos de trueques es la honestidad que se debe tener al participar en los sus círculos, como por ejemplo, ofrecer la información detallada del producto que desea cambiar.
El sistema, tan ancestro como la historia misma, ha vuelto a instalarse nuevamente por la golpeada economía país, no obstante, su modus operandi ha cambiado dándole un toque del siglo 21 gracias al Twitter y Facebook.
Estos grupos intentan evitar a toda costa que su espacio sea invadido por alguna fuente del bachaqueo, rigiéndose bajo un tipo de código ética tácito que facilitan las transacciones entre ellos.
Páginas como Cambio Antibachaquero Artículos de Primera Necesidad, Antibachaqueros Barquisimeto Grupo de Cambio de Artículos de Primera Necesidad y Buscadores de medicamentos entre otros, que se pueden conseguir en un “click” en Facebook, dejan en evidencia como personas con determinados productos intercambian, por el mismo precio justo, otros rubros que no posean.
Otros medios, como el Twitter, son usados para facilitar información a las personas que buscan un rubro determinado que no pueden conseguir. En este grupo podemos encontrar cuentas como @mamiencontro o @truequejusto, pero a diferencia de las cuentas del Facebook, estos proveen solo información.
¿Quién manda en las redes?
DesdeLaPlaza.com/FM